Donostia 2016 ignora el pálpito de la historia rural de la ciudad.

FUENTEMaider López está exponiendo en el Koldo Mitxelena Kulturunea (29 octubre 2015 – 6 febrero 2016) un proyecto, concebido originalmente en 2010 con el Museo San Telmo y realizado en la actualidad con DSS2016EU.

Esta idea tiene una derivada “Iturriak”, un proyecto de 2016 sobre la memoria y la ciudad, basado en sus fuentes. Trece fuentes desaparecidas del paisaje donostiarra, se instalarán en los jardines de Ondarreta, entre el 22 de enero y el 17 de diciembre de 2016.

Este trabajo es fruto del proceso de investigación llevado a cabo durante la realización del proyecto Iturriak / Fuentes, que forma parte de la programación de Donostia / San Sebastián 2016, Capital Europea de la Cultura, y que se enmarca dentro del muelle Pagadi. Y consiste en recuperar fuentes de la ciudad retiradas años atrás, como un ejercicio para recobrar la memoria de estos lugares.

La ciudad ofrece constantes cambios que en ocasiones pasan inadvertidos y que, en otras, cambian nuestro día a día o nuestra manera de relacionarnos. Un señor de Amara sube y pasea por el interior del Bosque de Miramón, sale de la asfaltada cota 85, baja a la laguna, atraviesa el puentecillo, gira a la derecha y se encuentra con un artesanal decorado que le indica está delante de la Fuente de la Virgen. Este sencillo mantenimiento corre a cargo de Juan Etxeberría, proveniente de uno de los reconvertidos caserío de la zona. Tiene que renovar la señalización de la fuente porque a los cafres de siempre les gusta destrozarlo y porque el ayuntamiento no hace nada por dotarla de un soporte duro.

Esa fuente es la que proporcionaba agua potable a los diversos baserris de la zona, y las caseras y caseros acarreaban el líquido a sus casas, hasta que llegó el agua corriente.

Es un mojón de indudable importancia histórica en nuestra ciudad pero ¿Por qué ha sido borrado del mapa de esta exposición? ¿Por qué no ha sido tenida en cuenta entre las fuentes abandonadas? ¿Sabe el ayuntamiento dónde está? ¿Lo saben los organizadores del 2016?

Históricamente, las fuentes han sido un elemento configurador de la ciudad

Pero no solo de la ciudad que describen los organizadores de la exposición y del 2016, existe otra ciudad, la de origen rural, la que se ha mantenido así hasta bien entrado la mitad del pasado siglo .

Para aquellos las fuente se ubicaban en el centro de las ciudades para facilitar el acceso al agua, convirtiéndose en lugar de encuentro. Pero la periferia tenía sus propios centros; esas ignoradas fuentes o sus correspondientes lavaderos eran el punto de encuentro de las mujeres y hombres de los caseríos. (Por cierto cuando el agua corriente llegó a los baserris, en ellos se lavaba la ropa de los señoritos donostiarras).

Uno de los proyectos 2016, correspondiente a unos de los faros, al faro de la vida, consiste en instalar en una misma plaza, la de Ondarreta, las fuentes retiradas de la ciudad. Una agrupación y catalogación que remite a la memoria y la reutilización del mobiliario urbano que se encuentra en desuso. Pero en ese proyecto falta la Fuente de la Virgen.

Los del 2016 no han captado esta fuente. No es casualidad. Nosotros les facilitamos su ubicación exacta y les remontaremos al tiempo en el que de allí se recogía el agua esencial para la vida en los caseríos donostiarras de Miramón, Oriamendi, Aiete. Pequeñas historias y recuerdos vinculados a estos elementos rurales que construyen un relato mayor, a través de la memoria individual como parte de la memoria colectiva rural.

Si las intervenciones de Maider López desvelan reglas de comportamiento impuestas, que la creatividad podría neutralizar, aunque sea simbólicamente, para crear alternativas. Si rompe con el estatismo de las cosas y los lugares abriendo el territorio y llevando a buscar nuevos modos de ver y de relacionarse, bueno sería que desde Donostia 2016, y desde el Consistorio se reconociera de una vez que San Sebastián no empieza ni termina en su maravilloso marco incomparable.

Ni para construir un servicio de metro, ni para reconocer las fuentes de vida fundamentales.

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