Abrimos las puertas del palacio de Aiete a Milan Kundera.

Será el próximo jueves 10, a las 19:00.

104 BABELIALa cita de la tertulia, en el décimo aniversario del ciclo de literatura y cine, será en la sala Ghandi, reservada para las grandes ocasiones.

Milan Kundera cierra el ciclo espacios para relato que inició Marcel Proust y continuó Italo Svevo (París, Trieste, Praga), tres grandes de la literatura universal, tres espacios ciudadanos para el arte, la cultura, las ciencias humanas.

El escritor checo (Brno, 1929) se nacionalizó francés en 1981. Tras la invasión rusa de 1968 perdió su puesto de profesor en el Instituto Cinematográfico de Praga, sus libros fueron retirados de la circulación y tuvo que exiliarse en Francia.

Sus novelas se sitúan a medio camino entre la ficción y el ensayo, y hacen uso frecuente de la ironía, la presencia de diversas voces narrativas, la confusión entre elementos reales y ficticios y la digresión. En ellas el autor se enfrenta a sus propios fantasmas personales, el totalitarismo y el exilio, al tiempo que ahonda en los grandes temas de la libertad y la ética desde un profundo desengaño, a veces difícil de percibir tras su estilo aparentemente ligero y amable.

Hijo del pianista Ludvik Kundera, las vicisitudes políticas marcaron su juventud, obligándole a interrumpir sus estudios o su labor docente. Tras perder su trabajo en el Instituto Cinematográfico de Praga, fue desde 1975 profesor visitante en la Universidad de Rennes; en 1979 fue privado de la ciudadanía checa y se estableció en Francia.

La huella de la cultura musical se deja ver en su literatura y especialmente en la novela objeto de nuestra tertulia “LA INSOPORTABLE LEVEDAD DEL SER” (evocación musical que también encontramos en la obra de Proust y de Italo Svevo). En “la insoportable levededad…” la presencia del cuarteto de cuerdas n.º 16-Opus 135 «La difícil decisión» de Beethoven y sus acordes introductorios lentos y sombríos, que llevan la anotación «Muss es sein?» (¿Debe ser?), y «Es muss sein!» (¡Debe ser!)», están permanentemente referenciados, como lo está también el kitsch (al kitsch se le supone una degradación de lo artístico que procura interpretaciones fáciles)

Su obra es una sistemática desmitificación de los mitos de su generación y de la izquierda checa y europea en general, valiéndose de las más refinadas técnicas que la evolución de la novela ponía a su disposición (polifonía, alternancia de narradores, cruce de crónica y disertación filosófica)

Este asunto de la ironía y de la desesperación de la memoria histórica, se aborda con agudo sarcasmo la realidad checa en La insoportable levedad del ser (1984), una obra de desmitificación que, ironizando esta vez sobre los esfuerzos revolucionarios de la izquierda occidental y volviendo al sueño de la Gran Marcha, constituye en la evolución de Kundera la novela de las ilusiones perdidas.

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