La puesta a punto del caserío, una acción comunitaria

ARTIFICESLa acción es un recordatorio permanente de que aunque los hombres han de morir, no han nacido para eso, sino para comenzar algo nuevo (actuar). Para que hubiera comienzo el hombre fue creado. Con el hombre aparece la libertad.

La foto quiere reconocer el esfuerzo, la acción, de estas personas. Gracias a ellas el tolare de Munto podrá prensar  las manzanas de Azkonobieta baserria (Urnieta) en Katxola.

La acción y la palabra se fusionarán el sábado en Katxola. Ellos serán testigos o no, pero son sus artífices

En la foto,

Juan Carlos Berzosa, un titán, de Lantxabe (Asociación de Vecinos, promotora del acontecimiento cultural más esencial y primario que cabe)

José Mari Alberro, del museo de la sidra de Astigarraga, indispensable consejero para la fabricación de la sidra del sábado.

Konstan Sagastume, artesano responsable del traslado del tolare de Munto a Katxola y de su puesta a punto para el sábado.

Andrew, de Ekogune, colaborador necesario en las actividades de taller

Angel Alberdi, artífice del actual proyecto de la fiesta de la manzana y alma de se puesta en práctica

No salen en la foto

Pedro Arregi, responsable de la puesta en marcha de la corriente eleéctrica

Javier Ansorena, de la sidrería Akarregi (Hernani), sidras Rufino, asesor necesario y director de los proyectos anteriores

Y el recuerdo entrañable de nuestro Antxon Amuchastegui, siempre el primero en las labores del caserío.

Tampoco salen en la foto, no caben todos,  otras personas de la asociación Lantxabe, como Jaime Maturana, imprescindible su apoyo, colaboradores en el ciclo de la fiesta de la manzana, recogida en Ekogune, puesta de carteles, asesoramiento, personas todas ellas que fusionan en su quehacer la acción y la palabra, la cultura en su más amplio sentido. La acción y la palabra están conectados específicamente con el hecho de vivir. La vida siempre significa vivir, actuar, entre personas.

Con la palabra  nos reconoceremos en el caserío (y en el barrio), tanteamos al agente de la acción que participa con nosotros, nos relacionamos con esa persona o personas que aceptamos en nuestras palabras

Con la acción tomamos una iniciativa, ponemos algo en movimiento. (Nuestras personas, curiosidades, intereses, la conversación, el tolare, la limpieza del caserío)

La “sidrería popular” Katxola pone en marcha una trama social que está tejida entre actos (la fabricación tradicional de la sidra y la puesta a punto del caserío ¡Cuántas horas!) y las palabras (la curiosisdad de las tres generaciones por sabber más de sus abuelos).

El domingo, cuando nos despertemos, no estaremos del todo satisfechos. La acción casi nunca logra su propósito porque no veremos, todavía, las consecuencias de esta tarea social y cultural. Las consecuencias de la acción humana que persigue sólo la felicidad pública son imprevisibles; estas acciones producen historias, que se retienen y reproducen o no. Estas historias no son productos propiamente hablando, pues no tiene autores. La historia real en que estamos comprometidos mientras vivimos no tiene ningún autor, porque no está fabricada, es imprevisible, es irreversible. Pero como el gorrión al poeta, nos hace la vida suficiente.

Deja un comentario