«Effi Briest» por Lola Arrieta

novelaEn 1896, En Berlín, vió la luz la que es considerada la mejor obra del realismo alemán y una de las mejores novelas europeas de todos los tiempos, Effi Briest. Thomas Mann, el escritor alemán que será objeto de debate, en nuestra próxima tertulia, dijo que, si tenía que escoger diez obras de su biblioteca, una de ella sería, sin duda, Effi Briest.

Su autor, Theodor Fontane (1819-1899), que no es entre nosotros todo lo conocido que debiera, escribió esta novela, su cumbre narrativa, con más de 70 años, demostrando que la vejez puede ser momento de madurez, de lucidez y de plenitud creativa. A lo largo de su vida, Fontane había simultaneado su trabajo como farmacéutico con la poesía, los artículos periodísticos, la crítica teatral o los libros sobre las guerras contra Dinamarca, contra Austria y la Guerra franco-prusiana; que se mantuvo a lo largo del siglo XIX. Fontane, a partir de 1874, decidió dedicarse plenamente a la producción novelística.

Y fueron veinte años de fértil producción, Antes de la tormenta, en1878, su primera novela; Grete Minde, su primer gran éxito, en 1880; La adúltera y La elección del capitán von Schach, en 1882; Bajo el peral, en 1885; Cecile en 1887, y, Errores y extravíos, en 1888.

Como anteriormente Madame Bovary, de Flaubert (1857); Anna Karenina, de Tolstoi (1877); o La Regenta, de Clarín (1885); Effi Briest se sitúa dentro de la corriente del realismo en que la protagonista femenina, mediante el adulterio, se enfrenta a la sociedad en la que vive. En el caso de la heroína de Fontane, es la sociedad de Guillermo I y Otto Von Bismark, la del Imperio que sigue a la unificación alemana de 1871. Una sociedad que crece, se desarrolla industrialmente y se moderniza, pero en la que los valores dominantes, están fundamentados en el rigorismo y la intolerancia luteranos, y en el rancio y belicoso patriotismo prusiano.

Effi va a intentar su forma de rebelión, de no sometimiento. Su relación adúltera es un símbolo, una forma de decir no a lo impuesto, en este caso el matrimonio. El arrepentimiento final de Effi es, no tanto un triunfo de ese mundo que oprime las vidas y las mentes, como una acusación, un alegato contra los valores más negativos y caducos que imperan en el mismo.

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En 1978, Rainer Werner Fassbinder dirigió una de las obras maestras del cine alemán: El matrimonio de María Braun. Situada en los últimos momentos de la Segunda Guerra Mundial y en la inmediata posguerra, cuando Alemania está todavía en ruinas y en plena reconstrucción, el personaje femenino de María Braun constituye todo un símbolo de ese momento de la historia de Alemania. En la película, que recibió el Oso de Plata en el Festival de Berlin de 1979, destaca la interpretación de Hanna Schygulla, premio a la mejor actriz, Klaus Lowitsh e Ivan Desny.

Lola Arrieta

Abril 2015

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