Ante los días de nevada, viene a la mente urbanita el popular dicho que reza «año de nieves, año de bienes». En esencia es cierto que los años en los que nieva son años de buenas cosechas y prósperos no solo para la agricultura, sino en general para la naturaleza y el medio ambiente

• La nieve es benefactora para la agricultura porque aporta agua al suelo y mantiene la tierra húmeda y esponjosa

• Sirve de aislante frente al frío; dado que es porosa, la hierva y la planta perciben menos sensación de frío

• Una vez caída sobre el terreno, la nieve sirve de edredón para el suelo, de manta que protege el suelo y el cultivo que hay debajo de las heladas. Puede parecer contradictorio, pero sirve de capa frente a las heladas

• Tiene consecuencias muy beneficiosas sobre las reservas de agua. La precipitación en forma de nieve se filtra de forma más efectiva que las precipitaciones en forma de lluvia a las capas freáticas, que son las reservas de agua que se utilizan en verano para regar.

• Al contrario que las lluvias intensas o torrenciales, que pueden causar daños. la nieve se funde lentamente y al cultivo le afecta de forma más positiva, al tiempo que cala en los acuíferos

• Las nieves sirven para consumo humano, para la extracción de agua y también para regadíos, para la industria…

• Para la ganadería también son importantes, ya que favorecen la producción de pastos para los animales. Los prados naturales y artificiales se benefician de la nieve. Salvo la lluvia fina, que se da en contadas ocasiones y que es insustituible, la nieve ayuda mucho más a la producción de pastos que el año que no nieva o llueve mucho

• Las nieves ayudan al fortalecimiento de las raíces de los cereales y las nieves también son buenas para los frutales por acumulación de horas frío y la muerte de parásitos

• Y además hace espabilar a nuestros concejales