Primeras medidas (10+1) del gobierno griego presidido por Alexis Tsipras

1Subir el salario mínimo de 586 euros brutos a 751 euros brutos [El salario mínimo en España es de 648,6 euros brutos]

  1. Restaurar la negociación colectiva con los sindicatos

  2. Devolver sus puestos a 3.500 funcionarios despedidos ilegalmente

  3. Re-contratar a las limpiadoras del Ministerio de Finanzas. [Con su acampada, este grupo de mujeres se había convertido en un símbolo de los recortes en Grecia]

  4. Dar la nacionalidad griega a hijos de inmigrantes nacidos en Grecia.

  5. Abolición del euro por receta

  6. Abolición de la tasa por cada consulta médica [ahora entre 3 y 5 euros]

  7. Restaurar acceso universal a la sanidad pública a los 3 millones de griegos que se habían quedado fuera del sistema sanitario y que ahora sólo tenían derecho al acceso a las urgencias.

  8. Paralizar la privatización del Puerto del Pireo. Estaba previsto que el Gobierno sacase al mercado el 67% de la propiedad del puerto. El principal candidato para comprarlo era el grupo chino COSCO, que ya opera bajo una concesión de 30 años las terminales de carga II y III.

  9. Paralizar la privatización de PPC, la Compañía Nacional de Energía. [Todavía en un 51% en manos del Estado].

  10. Revisar todas las privatizaciones “para que no se haga ninguna que vaya en contra del interés general”. Numerosas privatizaciones estaban previstas en Grecia: Puerto de Tesalónica, operador ferroviario Trainose, operador infraestructura ferroviaria ROSCO, etc…

Syriza es fuerte, Grecia adelante

Un comentario en “Primeras medidas (10+1) del gobierno griego presidido por Alexis Tsipras

  1. Juan José M

    Europa parece una de esas pateras insolidarias en las que se arroja a los enfermos por la borda. En los lugares privilegiados de la embarcación viajan Merkel y la troika, que deciden sobre la vida de unos y de otros sin más criterio que el de su propio beneficio industrial. Alegan que han invertido lo suyo en fletar el bote y están dispuestas a recuperar la inversión a cualquier precio. Si sobra el 50% de los jóvenes españoles, griegos o portugueses, se les hace saltar al agua y que se busquen la vida como puedan. Si los ancianos empiezan a representar una carga excesiva, se les recortan las pensiones y se les retira la asistencia médica, lo que viene a ser un modo de arrojarlos a los tiburones. “Este país del sur tiene fiebre”, grita uno de los capataces. “Pues mandadlo a la mierda”, responde desde proa un fondo de inversión. “Aquí tenemos a un tetrapléjico irrecuperable, un inútil que cobra en concepto de no sé qué ley de dependencia”. “Dádselo de comer a los peces”, ordena un jefe de departamento de Juncker abanicando a Lagarde.

    Tras el triunfo electoral, en Grecia, de Syriza, nadie se ha preguntado por el futuro de los ganaderos, los agricultores, los científicos, los electricistas, los médicos, los arquitectos, los envasadores de carne, los profesores de enseñanza media, los técnicos de laboratorio, los pensionistas, los estudiantes, los torneros…, la gente, en fin, que produce bienes o servicios de primera necesidad, la gente que trabaja. Nada de eso, la cuestión, aseguran todos los analistas económicos, es cómo reaccionarán las mafias financieras que han fletado el cayuco (dotándolo, eso sí, de algunos camarotes de primera para sus amigos) del que usted y yo no hemos sido expulsados todavía de milagro.

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