Muchos inmigrantes, lo primero que ven al llegar a Estados Unidos es la Estatua de la Libertad. Estatua y libertad, son los símbolos de los Estados Unidos y del sueño americano.

El concepto de sueño americano se retrotrae al siglo XVI. Tanto en el XVI como en el XVII, pioneros ingleses intentaron persuadir a los ciudadanos de su país para moverse a las colonias británicas en América del Norte.

Más recientemente El sueño americano (The American Dream) representaba la creencia teórica sobre la igualdad de oportunidades que permitía que todos los habitantes de Estados Unidos lograran sus objetivos en la vida, únicamente con el esfuerzo y la determinación.

Si este término con frecuencia se asociaba a la inmigración, los estadounidenses nativos la vivían como «búsqueda del sueño americano»; pero las cosas han cambiado radicalmente desde cuando esta idea se expresara, por primera vez en 1931, por el historiador James Truslow Adams.

Y no sólo en los USA. Vivimos un mundo global. La crisis (estafa) en Europa también ha arruinado el sueño europeo

En la década de los años 30 nacieron en Estados Unidos, muchos novelistas de calidad que han conformado lo más florido del reciente panorama literario de aquel país y que han contribuido de forma decisiva al cuestionamiento del viejo sueño americano.

De esa pléyade de autores, en la tertulia de literatura y cine de Ayete, se va a estudiar tres, Philip Roth (1933), Don DeLillo (1936) y Tom Wolfe (1931)¹

Encontramos en los tres un interés común en diseccionar a la sociedad norteamericana, el arrinconamiento del sueño americano, dejando al descubierto, como pocos otros autores lo han conseguido, sus miserias, miedos y mentiras.

En el siglo XXI no se puede obviar la realidad de un mundo globalizado, donde el Capitalismo controla todo el mundo y todas las áreas de la vida (dejando solo espacios recónditos de resistencias que no tardan mucho en ser re-capturadas por el Capital). Estados Unidos es el modelo por excelencia del ideal capitalista, que ha sustituido al sueño….

La obra narrativa de Philip Roth, Don DeLillo y Tom Wolfe, forma parte de la gran novelística estadounidense, en la tradición de Dos Passos, Scott Fitzgerald, Hemingway, Faulkner, que hemos tenido, y seguido con interés, en las tertulias literarias de Aiete, de la mano maestra de Lola Arrieta. En aquellas novelas, y en estas, se crean personajes, hechos y tramas que conforman una compleja visión de la realidad contemporánea americana que se debate entre la razón y los sentimientos, como el signo de los tiempos y el desasosiego del presente. Son autores que poseen una gran calidad literaria que se muestra en una escritura fluida e incisiva.

Roth, Wolfe o DeLillo, son representantes de una de las literaturas más vigorosas del mundo, la de la América grande y atemorizada, abierta y cerrada, desafiante y pionera por donde sangran sus líneas rabiosas y certeras desde la sátira surrealista, al refrescante exceso o de la política ficción a la decepción como resultado final

En el caso de Roth, este no pretende ser un visionario que anticipa el futuro. Simplemente se considera un cronista que certifica el carácter indisociable de lo individual y lo colectivo. En el siglo XXI, la sexualidad está modelada por las nuevas tecnologías, y mientras la política retrocede hacia el siglo XIX, con guerras ilegales y una exacerbación de las desigualdades sociales. El amor casi siempre es el producto de una confusión, con un desenlace amargo. El hombre es un animal social, pero eso no significa que haya logrado convivir en paz con sus semejantes, como estamos viendo estos días en la capital de la Francia vecina.

Este jueves de la mano de Philip Roth, hijo de emigrantes de la antigua Galitzia, haremos el primer recorrido por la América más actual.