La degradación de la cultura democrática está produciendo efectos devastadores

EL ROTO (2)El ejercicio de poderes políticos sin responsabilidad, un Parlamento anodino, que no suscita ningún interés social, con debates amañados y acuerdos que ayer eran imposibles y, al día siguiente, en una mediática puesta en escena, se sacan adelante porque los dos partidos de siempre así lo deciden, volviendo a aprobar partidas que en el presente año no se realizan y al siguiente  saben que tampoco, como es el caso del ambulatorio de Aiete, defraudando a la gente; presupuestos que no van a tener en cuenta las partidas que reclama la ciudadanía. No se puede decir que el parlamento vasco sea como el español, convertido en escenario de broncas estériles o que en su seno aparezcan casos de presuntos corruptos, a los que se prestan grandes altavoces mediáticos, pero sus actuaciones son decepcionantes para gran parte de la sociedad.

El problema se agudiza cuando la política deja de hacerse en los ámbitos institucionales donde debería ser reconocible y las instituciones ni siquiera cuentan con un buen diagnóstico de las causas del deterioro de la confianza en aquellas. El escamoteo del debate político fuerza más el escarnio que el respeto hacia las instituciones. La politiquería, los discursos encorsetados basados en los argumentarios estereotipados de cada partido han hecho mucho daño a la credibilidad de la política. No cabe esperar de la pseudopolítica una gran capacidad de influencia en positivo: lo que hace es contribuir a la demolición de la confianza.

Los conceptos de democracia, de transparencia y de responsabilidad están en juego, tanto en Euskadi, como en el resto de España. Tamaño desatino sería imposible si los actores políticos se comportaran como personas serias y reconocibles, que pueden acertar o equivocarse, pero no optar por pervertir y manipular la comunicación.

El caso español es patético. No es raro que hasta el llamado “pequeño Nicolás” se crea autorizado a participar en el gran espectáculo. La frivolidad prospera debido, en amplia medida, a la falta de credibilidad de los actores de la vida pública y su pasividad a la hora de abordar la regeneración de los comportamientos democráticos.

Un comentario en “La degradación de la cultura democrática está produciendo efectos devastadores

  1. Stéphane M. Grueso

    El autor no está seguro de nada, pero percibe que cada vez se puede quedar menos al margen
    El rito de cada domingo por la noche. Sofá y smartphone. Todos viendo y comentando en redes sociales los programas de reality/política de laSexta ( “esto ya se ha convertido como en ir a una de las manis de la semana”, me decía un amigo político de la izquierda)
    Hace ya una semana pero la pregunta fue algo parecido a:
    Ana Pastor: “Dígame algo que hayan hecho mal en el proceso de la Asamblea ciudadana y la formación de Podemos. Algo que ahora cambiaría”
    Pablo Iglesias: “Yo ante esta pregunta siempre contesto lo mismo. Soy demasiado arrogante y tengo que aprender a ser más humilde.»
    Y yo pienso, joder, Pablo, te he escuchado decir eso ya siete veces y no cuela, no. No lleváis bien las críticas y no me parece esta forma de bla bla bla…
    artículo completo en
    http://www.eldiario.es/interferencias/izquierda-partidos_politicos-politica-elecciones-ganar_6_327977205.html

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