Las dianas de Aiete y la fortuna de tener la mejor banda de txistularis de la historia.

En la propaganda, carteles y programas, de las Aiteko Jaiak 2014, el Txistulari de Tomás Hernández Mendizábal ha sido el protagonista. Como la demanda de carteles y trípticos ha ido en aumento, el Txistulari se ha ido agrandando en los carteles, hasta sobre un fondo de color verde hierva intenso (la hierva era la de los jardines de Aiete), ocupar la mitad del cartel.

txistularis

La propaganda de fiestas de este año es un homenaje al Txistulari, a los txistularis municipales, encabezados por José Ignazio Ansorena que, año tras año, desde hace diez, nos da la Diana el segundo domingo festivo, el siguiente del de la Bandera de las regatas de la Concha. El homenaje es extensible a todos los txistularis de la Banda, muchos de ellos íntimos conocidos del barrio. (Nos encargamos de gravar sus nombres en nuestrso corazones)

Con una marcha alegre, de paso experto, conocedores de la sensibilidad de quienes les escuchan desde sus casas, una mañana de domingo, un grupo de una docena de txistus competentes, recorren el barrio de punta a punta, aceptando todos los retos del trazo largo, en zonas desvalidas del no paseo de Aiete, con buen tiempo o con tiempo especialmente desapacible, ahí están en la mañana del domingo, sin apenas gente en la calle, los compases de la compañía de txistularis, cada vez más complejos, más trabajados, más imaginativos.

¡La Banda de Txistularis de San Sebastián son una de las glorias más trascendentales de la ciudad, lo mejor de lo mejor!

Y la gente les oye desde la cama o salen a los balcones. ¡Vaya si salen! No son personas muy de aplaudir, los habitantes de Aite, pero si son agradecidos y sensibles a los sones del Txistu, que nos acompañan desde nuestra niñez.

Los de Aiete, Aietekoak, son más de 16.000. Muchos de ellos, los que viven en las zonas más límites del barrio, tienen conocimiento de las fiestas, gracias a estos txistularis. Por eso decimos que ellos marcan el territorio y lo hacen con tal entrega, disponibilidad, entusiasmo, que como “el mirlo fiel” a Juan Ramón Jiménez, nos hacen la vida suficiente.

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