La entrañable fidelidad en la pareja de cisnes de Aiete

el cisneMucha gente se pregunta, y nos pregunta, qué pasa con la pareja de cisnes del estanque. Hace meses que sólo vemos a uno de ellos ¿Dónde está el otro? A los poyuelos de la actual pareja se los llevaron a la plaza de Gipuzkoa. Y ahora un cisne solitario flota, muy triste, en las aguas del lago del parque.

Está triste porque su pareja murió. Era la hembra.

Los cisnes son un símbolos de fidelidad y amor eterno. La historia de esta pareja lo confirma. El cisne macho actual no admite que se ponga a otra hembra en el lago, la asfixiaría

Cuando el macho encontró muerta a su pareja cambió su comportamiento.

Según Marcial Otegui -tutor del parque… y de la pareja de cisnes y sus sucesivas proles- era una pareja muy romántica. Pero la tragedia lo cambió todo. «Al principio andaba alrededor del cadáver de la hembra. En realidad es un luto. Y se volvió muy agresivo», cuenta Marcial.

En este territorio protegido que es la pequeña alberca los cisnes aprenden a nadar y limpiar sus plumas. Cuando son pequeños su padre está siempre con ellos, vigilando cada paso suyo. Podemos recordar su titánica lucha contra aquellas gaviotas depredadoras -como si fueran entidades bancarias- que se querían devorar a los cisnes txikis. Luego los enseñó a cómo volar.

¿Los cisnes se enamoran?

Muchas personas así lo consideran, a pesar de que los biólogos que estudian dichos comportamientos se muestran cautelosos antes de dar una respuesta afirmativa..

Estos hermosos animales se aparean para toda la vida y no admiten una nueva pareja, ni cuando ésta muere o se pierde. Una conducta muy especial que poseen es que se dan besos en el pico y, al hacerlo, se forman figuras de corazones.

Un comentario en “La entrañable fidelidad en la pareja de cisnes de Aiete

  1. Manolo

    Esta es la foto de la desolación
    No es que el cisne esté triste porque está sólo. Está triste el estanque, la gente, los niños que van a ver a los patitos y a los cisnes, porque no es que sólo quede un cisne es que tampoco están los patos.
    ¿Dónde están? ¿Quién se los ha llevado?
    ¡Qué irresponsabilidad!¡Qué pena!
    (Y ahora no podemos culpar a los ediles. Los responsables de mantenimiento algo tendrá que decir, pero Aiete le viene demasiado lejos. Esta misma mañana escuchaba los elogios de un amaratarra hacia el parque de Aiete, porque el viernes se dio un paseo por aquí)

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