Ya podemos reducir, reutilizar y reciclar, las tres R claves en la reducción y tratamiento de los residuos urbanos.

En realidad el contenedor es gris con añadidos marrones en sus pliegues, y ha venido con problemas graves de falta de información que, desde la asociación de vecinos, trataremos de subsanar. El nuevo iglú esta distribuido por todo el barrio y forma parte de un paisaje muy positivo para la recolección de basura.

Existen, a día de hoy, contratiempos con la “llave electrónica” porque en algunos container no funciona, o con que el material de la bolsa no retiene, cien por cien, los líquidos.

Sin embargo el servicio técnico funciona, atienden las llamadas, se prestan a las sugerencias y facilitan darse de alta en el sistema de recogida.

Los contrarios al contenedor gris-marrón ya están diciendo que su implantación es un fracaso. Sólo ven el puerta a puerta como sistema de recogida de basuras, pero debemos dar tiempo a esta modalidad que exige compromiso ciudadano, responsabilidad y buen criterio.

La txerrijana puede, por fin, tener el destino debido: hacer compost