Mientras no pongan semáforos, guardias de circulación

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Los de la seguridad vial de los centros escolares no visitaron la Aiete Ikastetxea

Tenemos paradas de autobús cercanas, aceras suficientes, tranquilidad en los alrededores más cercanos (buena ubicación) pero estamos aquejados de los mismos males del resto del barrio: no tenemos bidegorris y estamos a la espera de que se instale un semáforo en un punto especialmente peligroso. En ese punto, a diferencia de lo que dice el informe, el tráfico está desbocado.

Por su parte, el informe de la seguridad vial dice que Donostia cuenta con un balance positivo en las inmediaciones de los diez centros escolares seleccionados de forma aleatoria para su análisis y posterior puntuación.

El estudio partía de la idea de que los usuarios de los centros educativos deben poder elegir la alternativa de transporte que les vaya mejor. Así, según aumenta la distancia, se van restringiendo las posibilidades de ir a pie y se van imponiendo otras, como el transporte público. Precisamente, en todas las zonas escolares analizadas en la capital guipuzcoana se hallaron paradas ubicadas cerca de las inmediaciones del colegio. En todos los casos, pertenecían a líneas de autobús urbano.

La movilidad se compagina también con el transporte en bicicleta. En este sentido, el estudio valora positivamente que en cinco de los entornos cercanos a los centros estudiantiles analizados en Donostia hubiera bidegorris. También se quiso saber si había aparcamientos reservados para el transporte privado y escolar colectivo y solo se vio en cuatro de las diez ocasiones.

Asimismo, los diez centros educativos observados disponían de un perímetro cerrado, ya fuese con vallas o con los muros del propio edificio. En siete de ellos, todos los accesos tenían la suficiente anchura para evitar aglomeraciones, pero en cinco no contaban con una zona de espera junto a ellos para que los alumnos pudiesen esperar de forma segura a entrar en el centro.

En cuanto al espacio urbano, se comprobó que en nueve de las diez zonas analizadas las aceras tenían la suficiente anchura para recorrerlas con comodidad sin que se produjesen aglomeraciones y que el pavimento no resbalaba en ninguna.

HORA PUNTA

Por otro lado, se analizó la incidencia en la hora punta de entrada o salida del colegio cuando se pueden producir más situaciones de peligro, puesto que confluyen aquellos alumnos y progenitores que van a pie, con los que llegan en bicicleta o utilizan el transporte escolar público o privado.

Durante la inspección, en la capital guipuzcoana se produjeron retenciones y atascos de coches en los accesos de tan solo un colegio y no registraron ocasiones de peligro.

En cuanto a los cruces y la señalización, los puntos débiles de Donostia, durante el estudio, para acceder a ocho de los diez centros seleccionados había que cruzar la calzada en algún momento y en seis de esas zonas escolares estudiadas había pasos de peatones colocados en esos cruces que derivaban a los alumnos directamente al interior del centro.

En este sentido, había la suficiente visibilidad en el momento de cruzar los pasos de peatones de todas las zonas inspeccionadas con tráfico. Es más, en casi todas ellas se consideró que la velocidad de aproximación de los vehículos a ellos era reducida, a pesar de que en tres de ellas no se vio señalización de limitación de velocidad y en cuatro tampoco la indicativa de zona escolar o frecuentada por menores.

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