Madrid necesita otra política, no unas Olimpiadas.

Los mismos gobernantes del PP que en Madrid y su comunidad desmontan poco a poco la sanidad pública, deterioran gravemente la enseñanza, suprimen servicios sociales básicos para los sectores más vulnerables, privatizan todo lo público que pueda ser rentable a bancos y fondos de inversión y hasta venden el nombre de las estaciones de metro a las multinacionales,

BOTELLA

proponen para salir de la crisis que ellos mismos y sus benefactores han creado la instalación de los megacasinos de Mr. Adelson y unas Olimpiadas con las que dar otro pelotazo en beneficio de las grandes empresas constructoras y de servicios. Gracias a la desastrosa y megalómana política económica del ayuntamiento gobernado por el PP, Madrid es la ciudad más endeudada de España. Según datos del ministerio de Hacienda correspondientes a 2012, su deuda se elevaba a 7.429.664 millones de euros, con un incremento del 17% respecto al año anterior debido a los intereses bancarios. ¿Y este mismo ayuntamiento es el que quería embarcar a la ciudad en la aventura olímpica para incrementar aun más su gigantesca deuda? Añadamos a lo anterior, que se puede estimar en 100 millones de euros el gasto que han supuesto las tres presentaciones de la candidatura ante el COI. Para esta feria de vanidades sí sobra el dinero

Al mismo tiempo que se preparaba el programa olímpico, el ayuntamiento de Madrid pisotea el deporte de base, cierra servicios básicos de los polideportivos y encarece el uso de las piscinas públicas. Veamos unos ejemplos. En el distrito de Moncloa-Aravaca ha cerrado desde hace más de un año la piscina en el polideportivo Fernando Martín sin causa que lo justifique y sin siquiera informar a la dirección del centro. La biblioteca del centro cultural Julio Cortázar, enclavada en el mismo distrito, ha visto cómo se suprimía la calefacción en su sala de lectura. Si del deporte pasamos a la enseñanza, dependiente de la comunidad, conviene saber que en la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) han despedido recientemente a más de 300 trabajadores y que la Universidad Complutense (UCM), al borde de la quiebra, ha dejado en la calle a muchos jóvenes profesores e investigadores en su intento de reducir el déficit presupuestario. Mientras, las calles de la ciudad están cada vez más sucias, aumenta la mendicidad callejera en busca de subsistencia, los cubos de basura se convierten también en suministro de comida, los comedores sociales acogen a personas que antes de caer en el paro pertenecían a la clase media… Algunas almas cándidas proponen medidas de caridad para socorrer a los pobres y a los estudiantes sin recursos en lugar de defender una política diferente al servicio del pueblo y no de una oligarquía.

El Madrid que queremos es el de Marcelino Camacho, Nicolás Sartorius, Julián Ariza, el de Enrique Tierno Galván, del Padre Llanos, de Eduardo Haro Tecglen, de María Moliner, de Juan Antonio Bardem, de Fernando Fernán Gómez, de Vicente Aleixandre, de Ramón Menéndez Pidal,  de Rafael Sánchez Ferlosio, de José Antonio Novais, de Faustino Cordón, de Paco Rabal, de Joaquín Sabina, de Agustín García Calvo, de Luis Eduardo Aute y de tantos otros como ellos. El pueblo llano con sus escritores, artistas, hombres de ciencia e intelectuales seguirá luchando y trabajando.

4 comentarios en “Madrid necesita otra política, no unas Olimpiadas.

  1. un "relaxing" café con leche.

    Ana Botella invita a los directivos del COI a tomarse un «relaxing» café con leche.

    Los gobernantes españoles no se cansan de repetir al presentar sus reiteradas reformas de la educación que buscan la excelencia. Como saben bien quienes conocen los sistemas educativos de otros países, hablar bien en público y manejarse en algún otro idioma suelen ser tareas en las que resulta rentable invertir tiempo y dedicación. Nadie lo diría escuchando a los políticos que aprueban esas mismas leyes.

    La presentación de las candidaturas olímpicas ha sido otra buena oportunidad para comprobarlo. La ceremonia no es más que eso, un espectáculo con el que el COI mantiene el interés por una de esas grandes citas internacionales que son los JJOO. Los que saben de esto cuentan que los votos ya están decididos antes del acto y que las presentaciones no se diferencian en mucho.

    En lo que hemos visto de la candidatura madrileña, hemos podido reírnos de momentos singulares y asistir a otro penoso espectáculo del presidente del Gobierno, que nunca pensó que la función de comunicar es un activo destacable en política. Sí, sabemos algo más. Rajoy ni siquiera sabe leer el autocue, esas dos pantallas transparentes con las que el orador lee el discurso mientras mira a ambos lados. Sólo sabe leer y mal.

    Por momentos, parecía que le habían colado un discurso del debate del estado de la nación o una intervención ante la dirección del PP. Cuando otros oradores vendían promesas e ilusión, como el sonriente primer ministro japonés, él prefería hablar de las exportaciones. Al principio, Shintaro Abe no rehuyó el tema de Fukushima. Rajoy prefirió insistir en el discurso tramposo e irreal según el cual España ha salido del agujero, cuando en realidad lo único que ha hecho es dejar de cavar.

    Hasta Ignacio González dio la medida de lo que exigía el acto con una intervención animosa en un político que tiene un aire bastante sombrío cuando habla en público. Y se atrevió con el inglés, con muchos errores de pronunciación, es cierto, pero con un ritmo de lectura ágil. No se puede negar que le echó valor.

    Lo de Ana Botella fue algo difícil de describir con palabras sin caer en la burla despiadada. Fue la carga de la brigada ligera que se estrella en un mar de sangre y horror ante el enemigo. Fue Bridget Jones muriéndose de vergüenza pero aguantando el ridículo hasta el final. Fue Mary Poppins leyendo un cuento a los niños después de haberse bebido media botella de whisky. Sin hielo.

    Los misterios de la política española –o sólo un simple parentesco oportuno– la llevaron a un puesto para el que no está preparada, porque le resulta muy difícil hablar en público en situaciones complicadas sin que los nervios la machaquen. Se vio en la famosa rueda de prensa sobre el Madrid Arena. Botella sudó tanto que parecía que se iba a deshidratar.

    Hagamos todos los chistes que queramos sobre la «relaxing cup of café con leche» o la «romantic dinner», pero uno se pregunta qué impresión causó entre los miembros del COI. Los Juegos los organiza una ciudad, con el apoyo del Gobierno de su país. Por tanto, el alcalde es el jefe del show. ¿Los confiarían a una persona como Botella?

    Samaranch estuvo bien, en el estilo que saben reconocer los directivos del COI. Es decir, estuvo como un vendedor de coches de segunda mano que promete que desde luego que el vehículo aguantará los próximos diez años sin percances. Hay que tener valor para decir que no se puede usar «el dinero de los ciudadanos para grandes inversiones», supongo que como ejemplo de austeridad. No será por los cerca de 300 millones de euros que costó la Caja Mágica sin que su utilización haya estado ni de lejos a la altura de la inversión.

    En ningún sitio está escrito que haya que presentarse como candidato a los JJOO teniéndolo todo construido. La de Madrid nunca ha sido la candidatura de la austeridad, porque cuando comenzó todo el dinero se gastaba como si no hubiera un mañana. Hasta que el mañana llegó.

    La mejor nota se la ha llevado el príncipe, con lo que hay que imaginar que en la redacción de ABC han tenido que llamar a los servicios de emergencia para atender todas las lipotimias y desmayos. En pronunciación y ritmo, Felipe de Borbón ha demostrado cómo se habla en inglés en público, además de con la emoción que requería el acto. Y no hablaba así antes, por si alguien piensa que siempre le ha resultado fácil.

    ¿No ha descrito la auténtica realidad del país? Claro que no. Si lo hubiera hecho, los jerarcas del COI habrían saltado de sus asientos y se habrían inclinado ante los representantes japoneses para que organicen los Juegos sin necesidad de votación. Allí estaban todos como agentes de marketing, abriéndose la chaqueta para enseñar todos los relojes que pueden vender, incluso los que sólo dan la hora dos veces al día.

    Cada vez que un político hable de excelencia en la educación en una conferencia de prensa, los periodistas podrían preguntar: ¿por qué los políticos no hablan en público como lo hizo el príncipe en Buenos Aires? ¿Por qué creen que tienen credibilidad para exigir esfuerzo a los estudiantes cuando ellos no dedican nada de tiempo a cosas que son imprescindibles en su oficio?

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  2. Sobre Rajoy

    Hace muchos años la sociedad Euskal Billera de Donostia organizaba una becerrada cómica en la que el protagonista era uno de sus socios, al que se anunciaba cariñosamente como El Tonto de Euskal Billera. Una especie de don Tancredo que hacía reir al personal en el ruedo. Pero lo triste de este caso es que el episodio al que me refiero es para echarse a llorar y no parar hasta el juicio final… El presidente Rajoy hace el don Tancredo de maravilla, parece que todo le va de lado, que casi todo le resbala, que quiere ignorar los problemas y omitir determinadas realidades que huelen muy mal. Por ejemplo, no se entiende cómo el mandamás del PP español no supo, o no quiso anticiparse, a la jugada extractora del famoso disco duro que ahora falta en los ordenadores peperos. El tal Rajoy, seguramente tras previo aviso, esperó a que sus amigos hicieran desaparecer la información para, posteriormente, sacudirse las manos como si no hubiera ocurrido nada, ¡manda huevos! Porque, ¿qué explicación medianamente creíble puede dar el jefazo del PP y del Estado español ante semejante jugarreta? Si el disco duro de los ordenadores no tenía información comprometida ¿por qué lo robaron?, ¿por qué lo hicieron desaparecer?, ¿qué es lo que temían los peperos? El caso Bárcenas quema las manos a Rajoy y sus secuaces y por ello han optado por mirar hacia otro lado… Pero la pregunta continúa en el aire: ¿por qué la Guardia Civil no actuó en este caso, como lo hace en numerosas ocasiones entrando a saco en casas y sedes sociales de cualquier pueblo o ciudad de Euskal Herria? ¿No conocían el tan cacareado caso Bárcenas? ¿A qué esperaban? Don Tancredo, o El Tonto de Euskal Billera, han quedado hechos polvo, denostados, ultrajados ante tamaña majadería urdida en los mentideros de Madrizzz, en el entorno de Rajoy y compañía. En ese Rajoy que no tiene empacho en rebajar pensiones y sueldos a los currelas.
    Juan Luis Bikuña

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  3. depencia económica

    Desde el punto de vista económico, la estructura productiva catalana (y vasca) hace sostenible una hipotética independencia en lo relativo a tejido productivo, acceso a mercados y nivel tecnológico en el marco de unas economías abiertas. No se ven las desventajas económico-sociales de un cambio de estatus para Catalunya (o País Vasco) salvo en el coste y dificultades por lograrlo, o en las zancadillas para evitar homologarlo ante la UE, o en las maniobras de los partidos de ámbito español para manipular a la opinión pública española y hacer calar en ella incluso salidas autoritarias, que es uno de los riesgos.

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  4. Luisa Jaca

    Inauténtica es lo que parece una persona cuando sus palabras van por un sitio y su gestualidad por otro, e idiota cuando sus palabras están tan perdidas como sus gestos. Ana Botella, consciente de su ineptitud ante el público, se columpia entre la falta de autenticidad y la tontura cada vez que tiene un auditorio delante. Hoy se ha presentado con una camisa de color amarillo que podría llevar cualquier señora del barrio de Salamanca recién llegada del veraneo (se ponga lo que se ponga, la alcaldesa no puede evitar su aspecto de maruja pija) y una sonrisa que no subía del labio superior. Una sonrisa que no llegaba a los ojos. Una sonrisa tétrica: quien proyecta miedo tiene miedo.

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