Los malos olores como síntoma

OLORLa noche del jueves volvieron los malos olores a Aiete (si es que se han ido alguna vez). Y no sólo a Aiete, también a Amara, a Ibaeta, al Centro, Loiola,  Martutene, Astigarraga, Usúrbil.

Huele a azufre, como a huevos podridos o en descomposición, es un hedor espeso, tenaz, que se mete por la nariz y por los ojos, olor que obliga a cerrar las ventanas durante toda la noche en días como estos de calor y sequedad. Dicen que no son gases tóxicos, que no son perjudiciales para la salud, pero sí lo son para los nervios de cada familia, hay veces que no se puede respirar.

Dicen del ayuntamiento que “están en ello” pero llevamos años así.

Más allá de ese esperado “informe olfatométrico” que por lo visto indicará el punto exacto de los malos olores, el ayuntamiento ¿no puede investigar las pistas que les está ofreciendo la vecindad?:

  • Cementera de Añorga, donde parece se incineran restos orgánicos animales procedentes de mataderos próximos.

  • Depuradora de aguas residuales en Loiola

  • Vapores de putrefacción de San Marcos

  • Aguas fecales de la policlínica

  • El río Urumea

  • Papelera de Hernani

Todos estos lugares son o han sido fuentes de mal olor, identificado el agente, puesto que vuelven a decir que se trata del dimentildisulfuro ¿los responsables municipales  o del Gobierno Vasco no pueden saber si en alguno de esos puntos se produce o se utiliza como elemento catalizador el citado “líquido amarillo pálido de olor desagradable”?

Sostienen que esperemos al 11 de octubre para conocer la respuesta, quizás con la esperanza de que ceda el tiempo anticiclónico y vuelvan las temporadas de viento del norte y con él la lluvia, entonces no oleremos el líquido amarillo y nos olvidaremos del problema

3 comentarios en “Los malos olores como síntoma

  1. No me fío un pimiento

    El pasado 24 DE OCTUBRE, ahora va a hacer un año, desde ingurunea@donostia.org se me contestaba a una reclamación por los malos olores en el barrio con la nota que textuelmente reproduzco y que se editó en esta misma web.
    “Estamos al corriente de los malos olores que afectan a diversos barrios de la ciudad y estamos trabajando para averiguar cuál es la fuente. Por un lado, llevamos un registro de los días, horas y barrios en los que se han notado olores, y contrastamos esos datos con los datos metereológicos. Esa información apunta a que el origen puede ser una empresa de otro municipio. Por otro lado, estamos a punto de contratar un estudio olfatométrico y un análisis de compuestos en el aire con una doble finalidad: determinar cuál es la fuente y saber qué compuestos son los que causan el olor y en qué concentraciones se encuentran en el aire, para poder saber si hay o no un peligro para la salud. Este estudio estará hecho seguramente antes de fin de año. También estamos en contacto con el Gobierno Vasco, ya que si efectivamente el foco es dicha empresa, la competencia para cualquier actuación sobre la empresa es del Gobierno Vasco. Si desea recibir más información o expresar sus quejas puede llamar directamenete a los técnicos de atmósfera del Gobierno Vasco en los teléfonos 945 019917 o 945 019809. Para poder incluir sus datos en nuestro registro, le agradeceríamos que nos indicara su domicilio y la zona en la que ha notado los olores cuando sale a pasear. Puede mandar esta información a ingurunea@donostia.org
    Quiero subrayar que entonces se decía que el estudio estaría realizado fines del año pasado y de la carta hace un año.
    J.

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  2. hedor permanente

    Imagínese trabajar doce horas de su jornada laboral sobre un depósito de aguas fecales, con un hedor permanente, en ocasiones insoportable. Este maloliente calvario llevan sufriendo los guardias municipales de Donostia instalados en el edificio de Aguas del Añarbe de Ondarreta desde hace siete años. Esta ubicación era y es provisional, pero se está alargando más de la cuenta. El Gobierno de Bildu ha mostrado su voluntad de trasladar por fin esta sede a Morlans, pero parece que las palabras se las lleva el viento y el problema se acrecienta. A los malos olores, se ha sumado la aparición de ratas.

    El hedor es tal que incluso trabajadores del departamento municipal de Sanidad y técnicos en Riesgos Laborales se han personado en estas dependencias de la Guardia municipal, que son en realidad «una estación de bombeo de aguas fecales»

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