La vía liberal hunde la economía y el progreso social

Ignacio Zubiri catedrático de hacienda de la UPV/EHU

Subir impuestos no es negativo para la economía si con ello se mantiene el gasto público en Educación y Sanidad, y se sigue ayudando a las empresas. La Administración tiene un papel limitado en la lucha contra el paro, pero puede colaborar si tiene recursos. Aurelio-Arteta-Pescadores-de-Bermeo

DONOSTIA. Atiende a este diario en pleno agosto, mientras cocina, sin ocultar su disgusto, las asignaturas que imparte en el Campus de Donostia de la UPV con el nuevo hervor de la reforma de Bolonia. No ve brotes verdes y relativiza la mejoría de la recaudación en la CAV en julio, pero sostiene que es una buena noticia porque permitirá que las administraciones vascas mantengan sus presupuestos. Considera que esa posibilidad justifica el diálogo entre PNV y PSE para modificar las reglas de juego de la fiscalidad vasca. «A lo mejor no era tan malo como nos decían subir los tipos impositivos».

Los expertos en economía están de moda y más si, como es su caso, tienen el cartel de catedrático.

La pena es que ninguno tengamos razón (risas). No, en serio, la economía no es una ciencia exacta, no es ciencia natural porque no se experimenta para probar, para dar honorabilidad a una teoría. Por eso creo que en este momento tan complejo quienes tienen una visión más liberal de la economía están utilizando la economía para decir que la suya es la única vía.

Una receta que parece que no funciona, al menos tarda en hacerlo.

Se está comprobando fehacientemente que quien está siguiendo la vía más liberal, como es Europa, está haciendo las cosas peor. Y esto es sorprendente, porque Estados Unidos es quien está siendo más intervencionista, pero está mejor. Esto quiere decir que el problema no está en la cuestión general de la austeridad, sino en cuestiones como el diseño del modelo de Estado del Bienestar, que es la piedra angular del futuro, no del presente. Se está aprovechando la situación para hacer un rediseño del Estado del Bienestar que está más próximo a los ideales liberales.

Pero se acepta en general que no queda más remedio que apretarse el cinturón.

En economía lo que pasa es que muchas veces las intuiciones más evidentes no son ciertas y hay gente que utiliza esas intuiciones para generar opinión. Cuestiones como que hay que reducir los impuestos a las empresas o darles subvenciones para que creen mejor empleo. O que es necesario tener pensiones privadas porque no se pueden aumentar las cotizaciones a la Seguridad Social porque es perjudicial para el empleo. Se aceptan estos resortes para justificar el recorte, como ocurrirá con las pensiones, que ya han sido recortadas entre un 10 y 15% y, si añadimos el factor de sostenibilidad que van a poner, se llegará al 20%, y queda camino para recortar más. Y la gente lo va aceptando como algo irremediable, porque creen que no hay otro camino. La verdad es que no es así, hay otras opciones.

¿Y por qué no se exploran?

Porque hay una serie de instituciones internacionales -la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional, la OCDE- que no son asépticas y marcan el paso. Todas están guiadas por una determinada concepción: lo bueno es el libre mercado, la economía solo puede funcionar si el Estado del Bienestar es reducido…

¿Se creará empleo si se recortan los salarios otro 10%?

Lo de bajar el sueldo es una medida absurda. En un plano deontológico puede tener sentido, porque si los sueldos estuvieran a cero no habría paro. La cuestión no es si con sueldos más bajos hay más empleo, sino si la economía puede crear empleo de calidad. Además, si se diera el caso de que hubiera una bajada general del 10% promovida por el Estado, algo muy extraño en una economía de mercado, lo primero que ocurriría es que bajaría la demanda interna de las empresas porque habría menos consumo. La única forma de vender más sería bajando los precios, pero los salarios solo son una parte del coste de la producción, las empresas no podrían bajar el precio de sus productos en un 10%, como los sueldos. Lo harían pongamos que en un 5% o en un 4%. Y en el mercado internacional, la razón por la que España no es competitiva y Euskadi no es más competitiva no es porque está vendiendo un 4 o un 5% más caro que otros. La competitividad internacional depende de la innovación, de la gestión, de ese tipo de cuestiones.

No se ganaría nada entonces.

No, la caída de la demanda interna no se compensaría con más exportaciones por vender más barato y se colapsaría la economía. Sería un desastre que solo se le ocurre al Fondo Monetario Internacional y a la concepción de la economía a la que estamos sujetos.

Además es una medida que ha unido a sindicatos, empresarios, partidos y Gobierno en su rechazo, ¿qué persigue el FMI con esa medida? ¿Hacer valer las tesis neoliberales? ¿Convertir a España en un país de mano de obra barata?

Hay una idea general en las instituciones internacionales sobre que España ha estado viviendo por encima de sus posibilidades, que se ha financiado, lo cual en parte es cierto, a crédito y que hay que bajar el nivel de vida. Pero España ya tiene unos salarios bajos, el Estado español tiene la mitad de coste salarial que Dinamarca y un 60% del de Alemania. Coste salarial, incluyendo cotizaciones e impuestos.

Crece la recaudación en la CAV pero sigue sin despertarse el IRPF, las retenciones de los trabajadores.

Claro. Sin entrar a los detalles, la recaudación está creciendo por los tipos de IVA, otros impuestos indirectos y por el Impuesto sobre el Patrimonio. Y además la recaudación está siendo mayor en Gipuzkoa porque ha aumentado más los tipos impositivos, lo cual le ha permitido tener más ingresos. No creo que haya que buscarle ninguna interpretación de mejoría económica, porque no es el caso.

Pero hay una mejora en los ingresos, una base para evitar más recortes.

Sí, ahora todo el mundo está contento, el Estado del Bienestar se va a poder mantener. Esto nos dice que a lo mejor no era tan malo como nos decían subir los tipos impositivos en la Comunidad Autónoma Vasca. Los efectos económicos negativos de subir impuestos dentro de unos márgenes, en el nivel del País Vasco, son muy pequeños, mínimo, si realmente los ingresos permiten mantener la sanidad, la educación o el presupuesto público.

¿Y va en esa línea la negociación entre PNV y PSE?

Debería ir por ahí, por la eliminación de deducciones en el IRPF, como la de vivienda, la de los planes de pensiones, y por evitar que el Impuesto de Sociedades esté trufado de deducciones para las empresas. Ahora, no se puede pedir a los ciudadanos que paguen más impuestos si no hay una reforma del gasto público.

Gastar mejor.

Las empresas van a contratar personal si tienen ventas y un elemento fundamental es el gasto público. En Euskadi el gasto público está ayudando a mantener la demanda agregada, ayudando a mantener empresas y lo está haciendo más que si ese dinero se dejara en manos privadas. El aumento de la recaudación es buena noticia porque va a permitir mantener el sector público y demuestra que se está yendo en la dirección adecuada.

¿Tendrá efectos en la economía?

Claro, ¿cuál es el problema principal de este país? El paro. Y más o menos todas las administraciones saben lo que hay qué hacer. No hay ninguna fórmula mágica, el papel del sector público es limitado a la hora de bajar el paro. Lo primero que hay que hacer es garantizar que los que están en el paro no vean decaer su nivel de vida a niveles inaceptables. La segunda cosa es ayudar a las empresas a aumentar su demanda: facilitar el acceso al crédito, garantizar que las empresas no paguen impuestos si no tienen beneficios, potenciando sus ventas en el exterior. El tercer pilar es la formación de los trabajadores, es básico aumentar la cualificación del empleo, con cursos realmente efectivos y dirigidos al mercado de trabajo. Y afinar el papel de las agencias de colocación, para mejorar el funcionamiento del mercado laboral. Mantengamos el gasto, ayudemos a las empresas a crear empleo. Ese es el paquete. Dicho esto hay que ser conscientes de que no va a obrar milagros. Va a ayudar a que la economía vaya mejor.

¿Nos ha llegado ya la primavera de los brotes verdes con el crecimiento que han registrado Alemania y Francia en el segundo trimestre?

Yo no veo brotes verdes por ninguna parte. ¿Con un crecimiento en la eurozona del 0,3%? No veo nada. La situación puede estar mejor, pero queda mucho hasta salir.

asier diez mon NG- Domingo, 25 de Agosto de 2013

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