Carta de Derechos (e ilusiones) del barrio de Aiete

ARTICULOHace once años, el 1 de marzo de 2002, unos cuantos vecinos de Aiete, de las diversas zonas del barrio (Etxadi, Bera-Bera, Alto de Errondo, Lanberri, Puio, “La Cumbre”, Munto…) dimos a conocer una carta abierta dirigida a nuestros conciudadanos, titulada “Carta de Derechos (e ilusiones) del barrio de Aiete”, que para muchos convecinos y cronistas municipales era un sueño, una carta a los Reyes Magos, comentó el cronosta local.

Era cierto. Soñamos (y reivindicamos) una ciudad que tuviera diversos centros de identidad, distribuidos por el centro y la periferia; una ciudad (su centro y sus barrios) para pasear y disfrutar, una ciudad activa, agradable, amable, a la altura de la persona. Y no una ciudad colmena o de “productores” –la que se construía en los años sesenta-, sino una comunidad con derechos de ciudadanía y personas libres, creadoras, activas, respetadas.

A los gobiernos municipales les cuesta y les sigue costando entender y creer en este modelo de ciudad.

Por ejemplo, Munto formaba parte de ese centro simbólico que necesitan los barrios, pues bien, los gobiernos anteriores encerraron Munto en medio de un planeamiento urbano que lo ignoró. En consecuencia lo afearon, lo convirtieron en un estorbo, lo descatalogaron, lo vendieron y esperaron su ruina para derribarlo (en este caso el gobierno municipal actual mantiene con el anterior un hilo conductor que parece inexorable)

Reclamamos a la representación política que sale de las urnas esté muy cerca de lo que piensan, sienten y aportan los ciudadanos, porque ellos están pegados a la realidad de la vida diaria. Muchos de estos ciudadanos se organizan y dan una opinión colegiada, otros  lo hacen a título individual, pero ambas tienen el valor de reflejar las necesidades concretas de cada calle o agrupación de viviendas.

En Aiete, como en los demás barrios, hay personas que se preocupan por las necesidades colectivas y se “hacen cargo” de que se resuelvan en la buena dirección, que es aquella que dicta el sentido “común”, el sentido de ciudadanía.

La carta de convocatoria a los vecinos de Aiete reclamaba el derecho a los espacios públicos, a plazas, zonas deportivas y de paseo, lugares propios para los niños, las personas mayores y los jóvenes; en ella se afirmaba Un barrio sin espacio público no tiene personalidad.

Decía también la mencionada carta Tenemos derecho a la belleza, al lujo del espacio público, a la visibilidad de cada zona de la ciudad porque Aiete tiene sus propios encantos que hacen a Donostia más amable, más habitable. Desde varios puntos de Aiete se divisa nuestra hermosa ciudad, es necesario que la ciudadanía donostiarra pueda disfrutar también de la belleza de Aiete, porque entre todos construimos la ciudad y todos tenemos derecho al “lujo del espacio público”.

Los vecinos y vecinas de Aiete que firmaban la carta reclamaban un barrio como los demás de San Sebastián, “el derecho a la ciudad”, el  derecho a ejercer el conjunto de libertades urbanas y a participar de la oferta urbana global

Tras estas reflexiones, se articuló un  programa de quince puntos. (Respetamos el orden que se expuso en la carta)

Derecho al espacio público, a una o varias plazas públicas.

Entonces teníamos la plazoleta de Etxadi, ahora tenemos la de Munto Berri e Hiru Damatxo.

Tras el derribo de Munto tenemos la oportunidad de hacer una plaza contando con la vecindad. De hacerlo así, esa plaza puede ser el lugar principal de relación de los habitantes del barrio, en la línea de generar espacios vitales, dinámicos, de reunión y relación entre los vecinos de Aiete.

Derecho a la monumentalidad o a las propias señas de identidad

Se proponía abrir el parque del palacio de Aiete a la ciudadanía, sustituir “el muro carcelario” que rodea los jardines por verjas como las que tiene Cristina Enea; hacer accesible y visible Miramón; abrir Katxola al público –son muchos los días de lluvia, decíamos-, restaurar Munto que ahora es propiedad municipal, ahí tiene el Ayuntamiento un buena oportunidad para hacer un Gazteleku, los jóvenes y los niños también tienen derechos. Dar uso público al castillete de Rozanés, cuidar los caseríos y restos arqueológicos de la zona. La preservación del patrimonio y las señas de identidad de la ciudad también son útiles desde el punto de vista de la rentabilidad social y económica

Derecho a la Cultura: Defendimos como motivo fundacional de la asociación de vecinos,  que la Casa de Cultura se construyera en el Palacio de Aiete y no en la plaza de Lanberri (actual Hiru Damatxo) como proponía el gobierno municipal anterior. Fue un proceso muy duro, porque tras ganarnos al ayuntamiento, tuvimos en contra,  en un primer momento, a la oposición, con diversos argumentos que sería demasiado largo exponer ahora. Pero también se opusieron la DFG y el Gobierno Vasco, además de asociaciones y entidades diversas, incluida la Jardinera Mayor del Estado

Derecho a la movilidad y a la accesibilidad del barrio.

Queríamos favorecer la formación de un barrio integrado y lo conseguimos. Hoy se puede decir que Aiete existe. Conseguimos un plan de seguridad vial que amansó el tráfico en la zona y mejoró la comunicación interna, a base de isletas, pasos elevados de peatones, mejora de la visibilidad, etc. Protestaron los que utilizaban el paseo de Aiete como carretera de Hernani, pero se consiguió.

En el derecho a la movilidad (y accesibilidad) está contemplado el uso del autobús público, el de la compañía del tranvía y el Lurraldebus de hoy

Derecho al bidegorri y ascensor

El proyecto es que la ciudadanía donostiarra tenga fácil el acceso a Aiete y que las vecinas y vecinos de Aiete puedan bajar fácilmente al centro de Donostia y, los que tengan posiblidades, lo hagan en bicicleta.

Derecho a una Casa de la Juventud

Proponíamos Munto, no fue posible y se hizo en el centro cultural.

Derecho a un confortable hogar del jubilado

Hoy el Topaleku, tras su remodelación y rehabilitación, es un centro muy agradable, multigeneracional, que da un amplio servicio al barrio.

Derecho a Katxola

El caserío estaba cerrado a cal y canto, con su consiguiente deterioro. Se cedió a la Asociación de Vecinos que lo convirtieron en un centro cultural, hoy especializado en la “cultura material de Euskal Herria”, donde se hace sidra con el tolare de Munto, allí se conservan y exponen  los elementos de fabricación y envase de la sidra y otros propios de un caserío del siglo pasado.

Katxola se ha convertido en el centro de interpretación del Bosque de Miramon.

La rehabilitación del Bosque y la trasformación de Katxola en un centro ciudadano, también eran considerados como un sueño

Derechos de los niños a disfrutar de espacios abiertos y sin riesgos

Pedíamosplazas abiertas y lugares cubiertos. Hoy tenemos el haurtxoko en el centro cultural, que está siendo disfrutado a tope por las criaturas del barrio, pero se necesitan más espacios (Mnto Berri, Etxadi).

Derecho a equipamientos deportivos cubiertos para todos los vecinos del barrio

Se ha conseguido el polideportivo de Etxadi, no se consiguió el tejado en el Jolastoki (asunto este que no gestionó la asociación de vecinos y que pone en riesgo el propio Jolastoki).

Derecho a la escuela pública

En Aiete, limitando unos con otros, tenemos cuatro centros escolares, de prestigio (Lizeo Axula, Colegio Alemán, Colegio Inglés, Jesuitinas), pero se carecía de escuela pública. Ahora tenemos la Aite Ikastetxea en Puio y próximamente (un par de años) un centro nuevo en Hiru Damatxo

Derecho a equipamientos sanitarios

El  Ambulatorio tiene el respaldo del pleno municipal, el compromiso de Osakidetza, pero la incertidumbre que planean sobre este proyecto las dudas del gobierno municipal actual.

Derecho a un barrio limpio

Se hizo una votación on-lain y en urnas, participaron más de mil personas, la mayoría a favor del quinto contenedor y en contra de la incineradora (el puerta a puerta sacó la mitad de votos que el quinto contenedor)

Derecho a sus fiestas populares

Se habían dejado de celebrar las fiestas de Aiete. Hoy tenemos Aiteko Jaiak, en Septiembre, Olentzero, Sagardo Eguna y Txotx en Katxola.

Derecho a expresar todas estas actividades en euskera y a potenciar su uso en el barrio

Sigue siendo nuestro compromiso.

Y nos empeñamos porque el euskera esté presente en esta web

Como anécdota Aiete alberga el periódico Irutxuloko Hitza

Derecho a estar representados en los diferentes estamentos municipales de participación ciudadana

Estamos en el Consejo Social de la ciudad, estuvimos en su comisión permanente hasta que el pacto de los cuatro partidos del ayuntamiento nos desalojó de ella, estuvimos en la gestora de los presupuestos participativos, en las comisiones de fiestas, etc.

La idea básica que sostiene el modelo asociativo que se propugnaba en aquella carta y que se mantiene es que la ciudadanía sea protagonista de sus derechos y de “hacerse cargo” del espacio sin delegar en los partidos políticos sino asumiendo la responsabilidad política en nuestro ámbito. La Asociación debe ser independiente de los partidos y de los demás poderes, radicalmente independiente.

 

 

 

 

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