Estorbaban

No me va bien con lenguaje

Tan de grados y corona;

Hablemos prosa fregona

Que en las orejas se encaje

Quevedo


El pasado viernes, nos enteramos, gracias a este matrimonio granadino que estorbaba y al que pocos periódicos sacaron, de que un país con un PIB per cápita de 24.217 euros alberga en sus salones del ángulo oscuro a viejos que estorban, a desahuciados que estorban, a parados que estorban, a inválidos que estorban, a médicos que estorban, a profesores que estorban, a investigadores que estorban, a obreros que estorban, a estafados que estorban. Van consiguiendo, y no poco a poco, que nos convirtamos de ciudadanos a estorbos, con todas las tentaciones que a un estorbo se le suponen, como el viernes nos demostraron esos dos estorbos granadinos.”

 Pocas horas antes de que Soraya Sáenz de Santamaría anunciara que el Gobierno incumplirá la ley, y no ajustará las pensiones de los jubilados a la subida del IPC, un matrimonio de viejos de 78 y 77 años se suicidaba en Granada para dejar de estorbar a sus hijos. Habían comprendido el mensaje antes de tiempo. Estorbaban.

La palabra estorbar no es mía. La decía mucho a sus vecinos ese hombre que se suicidó el pasado viernes, y mató a su mujer con consentimiento de ella: que estorbaba. Que estorbaban. A todo el que le quisiera oír, le decía que estorbaban. Así que la palabra estorbar no es mía, insisto. Pero la demagogia, sí. La demagogia de relacionar aquí el suicidio con la estafa gubernamental a los viejos sí que es mía. Violentamente mía. Torticeramente mía. Navajeramente mía. Y no hay razón ni pensamiento que me baje de la cabalgadura desbardada de mi demagogia de hoy.

Los periodistas solemos llamarle sucesos a estas cosas sangrientas que pasan. Y no. No son cosas que pasan. Los sucesos son la visceralización salvaje de una injusticia, de una anomalía, de una cicatriz gangrenada de la sociedad. Estos dos viejos de Granada le han venido a decir con la muerte, a sus cuatro hijos, o sea, a todos nosotros, que estorbaban, que eran juguetes rotos, peceras vacías ocupando sitio en el desván, radiadores fríos. Lo que han venido a decir estos viejos es que hay gente que se cree que estorba. Y yo no sé si no estará muy podrida una sociedad que esconde gente que estorba. Gente que se cree que estorba. Gente que no quiere estorbar más. Gente que no quiere, según la RAE, ponerle más dificultad u obstáculo a la ejecución de algo, molestar, incomodar.

Sin descabalgar del potro de mi demagogia, voy a coger ahora también las bridas del sensacionalismo, y a destripar aquí que la vieja estaba impedida y el hombre enfermo, y que escribieron dos notas. Aunque no las he leído, malicio que en esas dos notas nada se decía de la defenestrada ley de dependencia. Presiento más probable la caligrafía rotunda del verbo estorbar.

Y ahora, al potro desbocado de mi demagogia y a la yegua desbardada de mi sensacionalismo, se les une en cabalgada la mula del sentimentalismo barato, de la lacrimojigatería fácil, del topicismo sollozoide: estos dos viejos de 78 y 77 años, que estorbaban, habían trabajado durante 50 años, habían criado a cuatro hijos y habían pagado durante décadas esos impuestos a fondo perdido que les librarían del hambre, del asco, de la dependencia, de la humillación, cuando llega ese momento en que la vida nos encalla en esa extraña playa en donde estorbas a las olas.

 Ella escribió su nota de despedida primero. Él apuntó a su mujer con la escopeta. ¿Qué le diría él a ella antes de disparar? ¿Qué se dirían? No sé. Disparó. Después él escribió su nota. Y dirigió el cañón contra su cabeza. Los dos, en sus notas, pidieron que los incinerasen juntos. Así ya no estorbaban. Estoy muy orgulloso de mí mismo. Creo que acabo de vender un montón de periódicos desvelando estos detalles con tan filigraneras prosas. Qué incomparable estilo. Qué precisión en los detalles.

 Ayer nos enteramos, gracias a este matrimonio granadino que estorbaba y al que pocos periódicos sacaron, de que un país con un PIB per cápita de 24.217 euros alberga en sus salones del ángulo oscuro a viejos que estorban, a desahuciados que estorban, a parados que estorban, a inválidos que estorban, a médicos que estorban, a profesores que estorban, a investigadores que estorban, a obreros que estorban, a estafados que estorban. Van consiguiendo, y no poco a poco, que nos convirtamos de ciudadanos a estorbos, con todas las tentaciones que a un estorbo se le suponen, como el viernes nos demostraron esos dos estorbos granadinos.

La alcaldesa pedánea de Casa Nueva, lugar donde sucedieron las muertes, lo comprendió enseguida. Y dijo ayer: “Quiero lanzar un mensaje a los mayores para que nunca piensen que son un estorbo para sus familias”. Lo dijo con loable intención, pero no es eso. A su frase le falta demagogia para ser verdad, estimada alcaldesa pedánea. Le falta amarillismo. Le falta víscera y le falta sensacionalismo. Le falta lacrimojigatería para vender periódicos y comprar votos. Le falta transgresión y veneno. Le falta decir que los asesinos de los que estorbamos no se esconden en desiertos lejanos ni en montañas remotas, sino que se sientan en las poltronas de los ministerios y de los bancos. Vaya mierda de artículo. Ojalá nunca nadie hubiera tenido que sentirse obligado a escribir esta mierda de artículo. Que ni siquiera estorba.

Aníbal Malvar (Público.es)

 

15 comentarios en “Estorbaban

  1. Era el que decía que había que trabajar más y ganar menos.

    El expresidente de la CEOE y fundador de Marsans Gerardo Díaz Ferrán ha sido detenido esta mañana por alzamiento de bienes y blanqueo de dinero dentro de las diligencias que está llevando a cabo la Audiencia Nacional por la quiebra del grupo turístico. El empresario ha sido arrestado en el marco de una operación más amplia en la que han sido detenidas otras ocho personas y se han realizado registros en Madrid y Valencia, informan fuentes policiales.

    El arresto, además, se ha producido una vez cerrada la amnistía fiscal que el Gobierno puso en marcha para que los evasores fiscales pudiesen repatriar capitales pagando un gravamen del 10% del patrimonio aflorado.

    Díaz Ferrán, que acumula varias causas ante la Justicia, está acusado de un presunto delito de quiebra fraudulenta y apropiación indebida ya que, según sostiene Fiscalía, ha desviado a Suiza 4,9 millones de euros. Según un informe de la brigada de blanqueo de la Policía Nacional que trascendió en julio, el que fuera máximo dirigente de la patronal española entre 2007 y 2009 desvió «desde una empresa irlandesa del Grupo Marsans” los fondos. El dinero estaría en una cuenta a nombre del empresario valenciano Ángel Cabo, quien en su día compró Marsans a precio de saldo y que estaría actuando de testaferro de Díaz Ferrán a cambio de una «sustanciosa cantidad», según fuentes fiscales. De Cabo también ha sido detenido.

    más información
    Díaz Ferrán intenta evadir en una cuenta de Suiza 4,9 millonesEl juez bloquea la exportación del yate de Díaz FerránDíaz Ferrán, declarado culpable de la quiebra de Seguros MercurioAl inicio del proceso, la Audiencia Nacional ya ordenó el embargo de los bienes del empresario, que se declaró en quiebra personal al no poder hacer frente a la cantidad que se le exige por la quiebra de Marsans y que asciende a 417 millones de euros.

    El fiscal, sin embargo, asegura que su situación personal no es tan mala. Según su informe publicado en verano, «los responsables de la agencia de viajes se apropiaron indebidamente de las cantidades entregadas por los clientes para la adquisición de billetes», un delito tipificado en el artículo 252 del Código Penal. El responsable del Ministerio Público, Daniel Campos acusó a todos ellos de provocar el vaciamiento patrimonial de la empresa, en perjuicio de los acreedores de la compañía, cuyo concurso de acreedores está siendo tramitado por el Juzgado de lo Mercantil número 12 de Madrid.

    Durante su última comparecencia en la Audiencia, celebrada el pasado marzo, Díaz Ferrán culpó a su socio, Gonzalo Pascual, fallecido hace cinco meses, de llevar a Marsans a la ruina ya que él tenía pocas funciones ejecutivas en el grupo. Por este motivo, aseguró que no estaba al día de las cuestiones financieras de la empresa ni conocía el destino del dinero que se recaudaba con la venta de los billetes y las reservas. De hecho, llegó a declarar que él solo era responsable del transporte por carretera de Marsans y que Pascual gestionaba la división de transporte aéreo.

    El grupo turístico se declaró en quiebra en verano de 2010 dejando a más de 4.700 afectados y una deuda acumulada superior a los 400 millones de euros. La Brigada de Blanqueo del Cuerpo Nacional de Policía se ha hecho cargo de la investigación bajo las órdenes del Juzgado de Instrucción Central Número 6.

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  2. Tiene otras memorables

    La que se cita es del 15 de octubre de 2010: «Hay que trabajar más y ganar menos para salir de la crisis». Pero tenía mas:
    7 de junio de 2007, en su discurso de investidura como presidente de la patronal: «La mejor empresa pública es la que no existe». «Las empresas públicas que existen lo que tienen que hacer es privatizarse». «Menos intervencionismo, más desregulación, más externalización de los servicios públicos».
    17 de septiembre de 2008, tras la quiebra de Lehman Brothers: «Creo en la libertad de mercado, pero en la vida hay coyunturas excepcionales. Se puede hacer un paréntesis en la economía de libre mercado»
    6 de mayo de 2009, sobre Esperanza Aguirre (una política a la que financió parte de su campaña electoral a través de 260.000 euros en donativos para Fundescam): «Si es que es cojonuda».
    14 de junio de 2009: «Los empresarios no somos culpables de la crisis, hemos creado riqueza».
    29 de agosto de 2009. «Sobran funcionarios en España. Estamos en una crisis muy seria y nos tenemos que apretar el cinturón empezando por la Administración «.
    23 de diciembre de 2009 , tras la quiebra de la aerolínea Air Comet, compañía que presidía: «Yo no hubiera elegido Air Comet para volar a ningún sitio».
    6 de junio de 2010: «Una reforma laboral profunda y global calmará a los mercados»

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  3. LO PROMETIDO ESTORBA (PENSIONES)

    Entre los pensionistas y la reducción del déficit, el Gobierno ha escogido comprometerse con lo segundo. El temor de muchos de que las pensiones no se revalorizarían acorde con la subida del IPC se ha visto confirmado aunque Mariano Rajoy había prometido que no lo haría porque era una “línea roja” que no quería traspasar, y lo había combatido en la oposición cuando el José Luis Rodríguez Zapatero congeló las pensiones. En el debate electoral con Alfredo Pérez Rubalcaba, el entonces candidato ‘popular’ usó el argumento de las pensiones para atacar al Gobierno del PSOE. Era el 7 de noviembre de 2011, hace poco más de un año.

    El Gobierno jugó después al despiste y solo respondía que cumpliría la ley. El secretario de Estado de Seguridad Social llegó a asegurar que se revalorizarían porque “había margen”.

    10 de septiembre

    “Si hay algo que no tocaré son las pensiones” fue uno de los titulares de la primera entrevista que Mariano Rajoy concedía a TVE después de ganar las elecciones. La explicación sonaba muy lógica: “A fin y a la postre, el pensionista es la persona más indefensa, es el que lo tiene más difícil, ya no va a tener otra oportunidad”. Como dato curioso, el presidente empezaba su respuesta diciendo a los periodistas: “No sé por qué me preguntan ustedes por las pensiones”.

    21 de septiembre

    En un corrillo informal con los periodistas que le acompañaban en Roma, donde asistía a una reunión de la Internacional Demócrata de Centro, Rajoy habló de nuevo de pensiones. Fue el 21 de septiembre: “Yo creo que las subiremos”. No dio detalles sobre la revalorización obligada por la desviación del IPC.

    25 de septiembre

    La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, aseguró en la Ser: «Las pensiones se van a subir y se ajustarán a la subida de la vida»

    22 de septiembre

    El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, tras reunirse con los líderes regionales del PP: «Las pensiones serán una partida prioritaria desde el punto de vista del gasto público».

    10 de octubre

    La ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, en la sesión del control al Gobierno, en respuesta a la diputada socialista Magdalena Valerio: «Sacaron ese dinero por la puerta de atrás (…) No lo usaron para pagar las pensiones porque las congelaron en 2011. ¡Qué barbaridad! ¡Qué deslealtad con los pensionistas!. Nosotros les hemos dado tranquilidad y seguridad, porque las pensiones están garantizadas y los fondos adicionales están para pagar las pensiones religiosamente. Lo que no vamos a hacer nunca es congelar las pensiones, como hicieron ustedes».

    8 de noviembre

    Quizá el más contundente en negar que las pagas de los pensionistas se verían afectadas por decisión del Gobierno fue el secretario de Estado de Seguridad Social, Tomás Burgos. El día 8 de este mes, comparecía ante el Pacto de Toledo y protestaba por tener que estar desmintiendo lo que muchos temían. Burgos se quejó de que se estuviera “invirtiendo la carga de la prueba” y encontraba “un ejercicio ocioso e inútil pedirle a un Gobierno que sistemáticamente afirme que va a cumplir la ley”.

    26 de noviembre

    Hace cuatro días, Burgos insistió en que había “margen presupuestario para revalorizarlas”.

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  4. Los Cinco y el tesoro de la isla

    Los cinco (título original The Famous Five) es una colección de libros publicados por la escritora inglesa Enid Blyton. En éstos, un grupo de dos chicas y dos chicos, en compañía de un perro, ejercen como detectives ante numerosas situaciones en las que se combina el misterio y la aventura. El primero de los cuentos se titula «Los Cinco y el tesoro de la isla (Five on a treasure island)» y está escrito en 1942(plena guerra). Las «cosas» de Díaz Ferrán entrañan cinco revelaciones. Una por cada personaje.
    La primera de las cuales se traduce en que mientras Costa-Gavras y Ken Loach se afeitan los sesos buscando las claves que les permitan narrar la historia de la crisis, resulta que todo estaba ya explicado de forma pormenorizada en los documentales de Félix Rodríguez de la Fuente, más aún si se confirma que el divulgador de las leyes que rigen el funcionamiento de la naturaleza utilizaba animales narcotizados -nosotros, por si alguien no pilla el paralelismo- para que sirvieran de presa a las alimañas que protagonizaban sus reportajes.

    Segunda enseñanza: nos hemos enredado tanto en la persecución del lenguaje sexista que se nos había olvidado protegernos contra la muerte por asfixia de los estrangulados términos económicos. Así, alguien debería explicar cómo es posible que se califique de “alzamiento de bienes” a la actividad opuesta, esto es, el enterramiento del cofre del tesoro, de acuerdo con todas las películas de piratas.
    Tercera iluminación: el cómplice de Gerardo Díaz-Ferrán, Ángel del Cabo, ha confesado al abogado Yvancos -letrado de los Ruiz Mateos durante tres décadas- que la inspiración de su actividad -supuestamente reflotar empresas en crisis- surgió a raíz de ver ‘Pretty Woman’, una película que las cadenas de televisión emiten en bucle, en abierto y en horario infantil a razón de una vez al mes. Me pregunto qué pasaría si Del Cabo confesara haberse convertido en violador en serie tras haber visto, qué sé yo, ‘Garganta profunda’. A Marilyn Manson le lincharon por menos tras la matanza del Instituto Columbine. Claro que la cinta de Richard Gere no alcanza la categoría de producto cultural ya que apenas llega a a la de puro entretenimiento, de acuerdo con la escala Wert.

    La cuarta lección se centra en cuál es el significado exacto de la expresión ‘blanqueo de dinero’ cuando el propio Estado entra en competencia desleal con la mafia al ofrecer sus servicios para el blanqueo de fondos sin declarar a un 10% de interés.
    Y la quinta y última epifanía pivota en torno al período en el que el empresario deshecho a sí mismo ostentó la presidencia de la CEOE, una época en la que sus tropelías camparon por sus respetos sin que ni uno sólo -y digo ni uno sólo- de los emprendedores españoles alzara la voz para entonar la tonadilla del “no nos representan”.
    la mayor parte de Alberto

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  5. Cinco lobitos tenía la loba

    SI OS LLAMAN LA ATENCIÓN EL NÚMERO 5 Y, VEO TAMBIEN, LOS DOCUMENTALES, se va a estrenar el documental 5 Cámaras rotas el próximo día 13 de diciembre en Barcelona y durante todo el mes en distintos puntos del territorio catalán y español en el marco de la iniciativa El Documental del Mes. El documental , muestra en primera persona el movimiento de resistencia pacífica palestino de los habitantes de Bil’in, un pequeño pueblo de Cisjorania. En 2005 el ejército israelí empezó la construcción de un muro que delimitaria el perímetro de un asentamiento judio. Emad, un joven campesino palestino adquiere su primera cámara y empieza a filmar el conflicto. Con el paso del tiempo, tendrá que ir sustituyendo su cámara destrozada hasta 5 veces con tal de seguir registrando la protesta. El film resultante muestra la evolución del conflicto, la transformación de Emad de campesino a realizador, y los primeros años de vida de su hijo. Podeis encontrar información más completa sobre el film y las proyecciones al siguiente enlace:

    http://www.eldocumentaldelmes.com/ca/documentals/212-5_c__meres_trencades.html

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  6. Con los mayores no se juega

    Este viernes pasado, como tantos otros viernes de este año que está a punto de concluir, el almuerzo venía con sorpresa: el gobierno no iba a revalorizar las pensiones de los jubilados por la pérdida de poder adquisitivo acumulada durante el año 2012. Eso significaba, básicamente, que todos ellos iban a perder para siempre casi un 2% de su poder adquisitivo (la diferencia entre la subida del 1% decretada para 2012 y la tasa de inflación a noviembre de este año, que era del 2,9%). Eso sí, para el próximo año, las pensiones inferiores a mil euros subirían un 2% y un 1% las superiores a ese importe. Dicho lo cual, el gobierno y el partido que lo respalda desplegaba toda su batería retórica para infundir espíritu de responsabilidad entre los jubilados y hacerles entender que la decisión no era culpa del gobierno y venía impuesta por la realidad, en palabras del propio presidente del gobierno.

    Tanta desfachatez cansa. Creo que habría que recordarle a Mariano Rajoy qué nos dice la realidad porque igual hay una parte de esa realidad a la que él no le presta excesiva atención, a pesar de ser la que más la merece.

    La realidad nos dice que la medida de revalorización hubiera supuesto 4 mil millones de euros que, al parecer, no tenemos; pero la realidad también dice que, desde que comenzó la crisis, se han aprobado ayudas directas para salvar a los bancos por valor de 216 mil millones de euros, es decir, el 21% del PIB o, lo que es lo mismo, que lo que se ha dedicado a salvar a la banca equivale a 54 veces lo que supondría la revalorización de las pensiones. Al parecer, la realidad sí que daba para una cosa, pero no para la otra.

    Pero, además, la realidad también nos decía este lunes pasado que somos, junto a Rumanía y Bulgaria, el país de la Unión Europea con un mayor porcentaje de población en riesgo de pobreza, el 21,8%; es decir, incluso después de producirse todas las transferencias sociales por parte del Estado para tratar de paliar esa situación, casi 12,5 millones de personas se encontraba en riesgo de exclusión social en 2011. Esto es completamente lógico si tenemos en cuenta que España es el país de la UE-27 en donde más están creciendo las desigualdades sociales: si antes de la crisis el 20% de la población más rica ingresaba 5,3 veces lo que ingresaba el 20% de la población más pobre, en 2011 esa proporción había subido hasta 6,8 veces, cuando la media europea es del 5,1 o la de Alemania es de 4,5.

    Como pueden imaginarse, estos datos son una expresión inequívoca de lo que está suponiendo la crisis para España y, especialmente, para sus grupos sociales más desprotegidos: una transición acelerada y sin paracaídas hacia la pobreza y el subdesarrollo.

    Pero si seguimos indagando un poquito más sobre la realidad, Eurostat también nos dice que casi el 21% de las personas mayores de 65 años se encontraban, después de haber recibido su pensión, por debajo del umbral de pobreza. Esto también es comprensible si tenemos en cuenta que, según datos del Ministerio de Trabajo y de la Seguridad Social, el 43,6% de los jubilados cobra una pensión inferior a 641 euros o que la pensión más frecuente, la que cobran más de 885 mil jubilados, se sitúa entre los 550 y los 600 euros y miles de ellos tienen a varios familiares sin ingresos a su cargo.

    Así que tampoco es de extrañar que el 73% de los españoles tema no tener suficiente dinero para poder jubilarse e integren el grueso de ese 11% de europeos que piensan que no va a poder jubilarse nunca. Y los que se jubilen siempre podrán seguir el modelo alemán, la nueva tierra de las oportunidades, en donde casi 800 mil jubilados, 120 mil de ellos mayores de 75 años, trabaja en un “minijob” por 400 euros mensuales para complementar su pensión y realizando tareas tan gratificantes como repartir periódicos o reponer productos en las estanterías de los supermercados.

    Y si esa es la situación de muchos jubilados que dependen de su pensión pública, para aquéllos que tuvieron la posibilidad de ahorrar durante su vida activa y han caído en la trampa de los planes de jubilaciones privados el panorama tampoco es muy halagüeño: en el último año, sólo un 16% de los 1.199 planes de pensiones privados existentes en el país obtenían una rentabilidad por encima del 1,9% que era la tasa de inflación interanual en junio (así que el porcentaje se habrá reducido significativamente si tenemos en cuenta la tasa de inflación del 2,9% de noviembre); el resto, la gran mayoría, perdía poder adquisitivo cuando no directamente sufría minusvalías. Pero, claro, para difundir esto último los bancos e instituciones financieras no dedican tantos recursos como a sufragar trabajos académicos para “demostrar” que el sistema público de pensiones no es sostenible, algo completamente falso como he defendido en otros escritos.

    Así que, cansado de tanta visión sesgada de la realidad como la que muestra el presidente del Gobierno, sólo me queda decir que, si hace unos días escribía ante el brutal incremento de la tasa de pobreza infantil que con los niños no se juega, ahora es el momento de reivindicar que, sobre todo por respeto a nosotros mismos, tampoco se puede jugar con los mayores.

    Alberto Montero Soler (@amonterosoler) es profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Málaga y presidente de la Fundación CEPS.

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  7. A la patronal se le ve el plumero

    La detención del anterior presidente de la patronal española, acusado ahora de blanqueo de dinero, alzamiento de bienes e insolvencia punible y tras una larga serie de escándalos empresariales protagonizados incluso bajo su mandato, es un buen motivo para reflexionar sobre el papel que los empresarios y sus dirigentes patronales desempeñan en nuestra sociedad.

    En cualquiera que sea el sistema económico con el que uno se identifique (capitalismo, socialismo, comunismo…) la empresa tiene una función esencial. Entendida como la organización que se dedica a la producción de bienes y servicios no tiene sustituto posible en la inmensa mayor parte de los casos que conocemos, bien sea poniéndolos a disposición del mercado, del estado, de la colectividad por cualquier otro medio, o de alguna autoridad central. Es verdad que no es la única forma de obtenerlos pero sí que resulta prácticamente insustituible a poco que los procesos de producción se hagan algo complejos.

    Sin embargo, la ignorancia y el papanatismo ideológico que tanto abundan han generado una confusión muy habitual que ha hecho que la empresa, y por ende la figura del empresario (o empresaria, porque creo que cuando se habla de empresas es cada vez más necesario subrayar el papel de las mujeres) sea muy mal comprendida y mucho peor apreciada. Tantos los izquierdistas de salón como los defensores fundamentalistas del capitalismo suelen identificar erróneamente a los empresarios con los capitalistas y más concretamente con el tipo de capitalismo que impera en cada época o en cada economía. Un error manifiesto porque es obvio que puede haber empresas en donde la propiedad no sea la privada o incluso empresas puramente capitalistas en donde los valores o la forma de gestión de los recursos predominantes no esté guiada exclusivamente por la avaricia o el afán de lucro. Una confusión aciaga y que tiene mucha más trascendencia de la que pudiera parecer cuando la difunden personas de gran influencia pública.

    Para crear riqueza y empleo y para proporcionar ingresos y satisfacción a los seres humanos son imprescindibles las empresas y puede ocurrir que nada de eso se consiga en la medida necesaria si unos las rechazan porque ven en ellas a su enemigo capitalista y si, al mismo tiempo, otros entienden que lo único que hay que hacer para fomentarlas es fortalecer el capitalismo y, en particular, un tipo de empresa capitalista (jerárquica, social y ambientalmente irresponsable, empobrecedora, o ineficiente por muy rentable que sea) con el que es muy difícil que la inmensa mayoría de la sociedad se sienta identificada.

    Lo primero le pasa a muchos sindicalistas y líderes políticos de izquierdas, que no se dan cuenta de que entre los empresarios (por ejemplo los que ahora están realmente al borde del abismo por culpa de los bancos y de las grandes empresas) pueden tener a muchos aliados, o que si se dedicaran a promover la creación de empresas de otro tipo (cooperativas, sociedades laborales, autogestionadas, etc.) avanzarían mucho más aceleradamente hacia la sociedad alternativa a la que aspiran.

    Lo segundo es lo que creo que le viene pasando a la patronal española en los últimos años. Ha estado y está dominada por personas cuya trayectoria no ha sido precisamente la que podría servir a la sociedad como referencia de la excelencia, el riesgo y el buen hacer productivo de un empresario ejemplar. Y no me refiero solo a sus presidentes sino a los más de 35.000 liberados (por cierto, casi 8,5 veces más de los que tienen los sindicatos) que mantienen las diferentes organizaciones patronales.

    El caso de Gerardo Díaz Ferrán es una muestra paradigmática de ello. Es decir, de que la patronal española refleja a un tipo carpetovetónico de empresario que tiene muy poco que ver con el que de verdad crea riqueza y con el que sería necesario promover para lograr que en nuestro país nos liberásemos alguna vez de la mentalidad dependiente y del terrible «¡que inventen ellos!».

    Ferrán y tantos otros empresarios instalados en la cúpula del poder empresarial, son en realidad buscadores de rentas que defienden el mercado cuando hablan ante los micrófonos pero que solo saben ganar dinero aliándose con la clase política más corrupta y que solo compiten a la hora de dar comisiones. Son los que piden austeridad a los demás pero que inflan las cuentas del Estado cuando se quedan con contratos públicos gracias a los políticos a los que han comprado. Son los que dicen que los servicios públicos son insostenibles mientras se llevan a espuertas el dinero que han ganado a costa de su militancia política a paraísos fiscales para no pagar impuestos.

    Los líderes de la patronal que no tienen en la boca propuestas distintas a reducir salarios, como Díaz Ferrán, son en realidad enterradores de empresas y no verdaderos líderes empresariales. Con tal de sacarle las castañas del fuego a las grandes compañías de quienes reciben votos, favores y dinero a mansalva, vienen defendiendo políticas económicas que han arruinado a miles de pequeños y medianos empresarios que son los que realmente crean empleo porque la desigualdad a la que dan lugar arruina sus mercados y destruye sus clientelas.

    ¿Cuándo hemos oído a un dirigente empresarial español reclamar a sus colegas que hay que investigar más, que hay que ser creativos y producir con calidad, que la asunción del riesgo y la innovación es lo que distingue a una buena empresa y no el número de pelotazos conseguido o el número de despidos, y que no basta con bajar sueldos para ser competitivos?

    Los dirigentes de la patronal española están continuamente diciendo que tiene que haber más empresarios y critican que los jóvenes no quieran serlo.

    Yo estoy completamente de acuerdo con esa demanda aunque entiendo perfectamente por qué no hay más empresarios y empresarias en España. De hecho, lo hablo a menudo con los jóvenes a quienes enseño en la universidad o con los que trato en otros lugares.

    A mi juicio hay dos grandes problemas que lo impiden. El primero es que no hay capital suficiente. Los dirigentes de la patronal olvidan a menudo que para que haya empresarios no basta con que existan herederos. Es imprescindible que haya dinero, aunque no sea lo único que hace triunfar un proyecto empresarial, y eso no es lo que se consigue precisamente con las políticas que defienden. Pero también otro tipo de capital muy importante: social, cultural, relacional, también buena educación, formación adecuada, ingenio en el ambiente social. Y resulta que la política que viene defendiendo la patronal española destruye este capital. Se dedica solo a privilegiar el que ya dispone una ínfima parte de la población o a financiar medios de comunicación y centros de estudio como negocio que adocenan, desmotivan y maleducan. Y, como en estos últimos años, a proporcionar dinero fácil a base de especular y de estafarse unos a otros.

    El segundo problema es también determinante. Mientras que los líderes de la patronal se presenten a la sociedad como cancerberos de la derecha, como escuderos de los proyectos políticos más reaccionarios y conservadores, o mientras sean simples delincuentes, como en el caso de Ferrán, mientras a los líderes de la patronal se les vea tanto el plumero político ¿cómo vamos a pedir que haya más empresarios entre todo tipo de jóvenes o entre personas honestas de todas las tendencias?

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  8. Saturnoren semeak

    Saturnoren semeak

    Atzo pieza bateko zinikoak nituen hizpide: “Díaz-Ferrán, adibidez. Wert ministroa, esate baterako”. Eskuinari oso ondo datozkio halako ahoberoak. Alderdiak ezin baititu hain jarrera muturrekoak defendatu —iritzi publikoa, amigo!—, halako pieza bateko zinikoak baliatzen ditu pentsatzen duena baina esan ezin duena entzunarazteko. Horretarako, zer egokiago frankotiratzaileak gizentzea baino? Lan zikina egiten dute. Popularrek erruz dauzkate halakoetatik erakundeetan, hedabideetan, justizian, finantza- eta lan-munduan. Pieza bateko zinikoak izaki, egolatria ere pieza batekoa dute, eta boterearen txaloekin mozkortzen dira.

    Baina gero —ai, gero!—, gauzak okertzen direnean! Eskuinak Saturnok bere semeekin nola egiten du halakoekin: oso-osorik jaten ditu eta irentsi; destaina absolutuaren zangan gelditzen dira obramenduak. Ikusi berri dugu Díaz-Ferránekin. Laster ikusiko dugu Wert ere Saturnoren semeen zangan.

    OHARRAK (Post scriptum)

    1. Gaztelaniaren eraginagatik, Saturnoren semeak darabilt, eta ez seme-alabak euskara jatorrean behar lukeen moduan eta mitoak esaten duena errespetatuz (Saturnok alaba bat ere irentsi zuen gutxienez). Ez dut okerra zuzendu testuan (berripaperean argitaratu bezala doa hemen), baina ohar honetan argitzen dut, egindako hutsa nabarmenago uzte aldera.

    2. Bi egunetarako kanpora noa eta igande gaua arte ez dut testurik pausatuko blogean.

    Anjel Lertxundi

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  9. Un nuevo reparto de la renta

    Efecto calculado de la crisis: Un nuevo reparto de la renta
    Los trabajadores cada vez reciben menos porción de la riqueza nacional, según la OIT
    La organización dice que los trabajadores participan cada vez menos en el reparto de los ingresos nacionales
    Los salarios bajan en los países desarrollados
    En España, los sueldos bajaron entre un 3 y un 4 por ciento en 2010 y 2011
    La porción de la riqueza nacional que obtienen los trabajadores es cada vez más pequeña en la mayoría de los países, provocando un descontento popular e incrementando el riesgo de malestar social, según denuncia la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en su ‘Informe mundial sobre salarios 2012/2013’.
    «En pocas palabras, una mayor parte del pastel nacional se ha transformado en ganancias de los empresarios mientras los trabajadores han recibido una menor porción», apuntan los autores del documento
    Los salarios bajan en los países desarrollados
    Por otra parte, la OIT señala que el crecimiento de salarios continúa muy por debajo del período anterior a la crisis a nivel mundial y ha sido negativo en las economías desarrolladas
    Los salarios en España bajan entre un 3 y un 4%
    «Grecia, España y Portugal están en el epicentro de la crisis de la Eurozona, hemos visto que el impacto de este tipo de políticas en el empleo y el crecimiento ha sido peor de lo esperado». (director general de la OIT, Guy Ryder).

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  10. Guía para rebajar la factura fiscal de un Gerardo Díaz Ferrán

    Entre las muchas informaciones que han trascendido en los últimos días sobre Gerardo Díaz Ferrán hay una que ha causado estupor: la declaración de la renta del presidente de la patronal le salió en 2010 a devolver. Que la Agencia Tributaria devolviera al entonces líder de los empresarios españoles 2.052,47 euros causa perplejidad, teniendo en cuenta que aún entonces su tren de vida parecía el de un prototípico millonario. La primera explicación, la más sencilla, es en realidad la menos verosímil: que el patrón de patrones hubiera pagado religiosamente todos sus impuestos en el ejercicio 2010 y que, de hecho, Hacienda le hubiera retenido más de la cuenta, por lo que las arcas del Estado le hubieran tenido que reingresar los 2.000 euros. A la luz de los datos que se van conociendo a través de las filtraciones del sumario de la Operación Crucero, por la que ha sido detenido el exdueño de Marsans, la religiosidad en el pago de la renta no parece muy probable, ya que ese fue el ejercicio en el que Díaz Ferrán urdió la trama para evitar a sus acreedores y presuntamente, blanquear dinero. Entonces, ¿cómo se las arregló el empresario para aparentar esta normalidad en sus cuentas con Hacienda?

    «Lo más fácil es no hacer siquiera la declaración de la renta, como en el caso de Juan Antonio Roca en el caso Malaya», apunta Carlos Cruzado, presidente del sindicato de técnicos de Hacienda, Gestha. Sin llegar al extremo de Roca, Díaz Ferrán sí hacía aparentemente uso masivo de la utilización de dinero negro, ya que las investigaciones judiciales aseguran que el empresario iba una vez al mes a Valencia a recibir, en metálico y sin factura, 100.000 euros de Ángel de Cabo, el hombre al que vendió Marsans y con el que pactó la estrategia de alzamiento de bienes de la que están acusados ambos. «Usar dinero negro es el método más eficaz para pagar menos impuestos», corrobora otra fuente que recuerda que una fórmula habitual de blanquearlo es mediante un negocio con una fuerte facturación cara al público. Como cientos, o miles de clientes, no van a llevar sus «tickets» a Hacienda, el propietario de ese negocio puede ir lavando su dinero haciéndolo pasar por ingresos legales trimestre a trimestre en su declaración por módulos.

    El dinero negro que presuntamente cobró Díaz Ferrán podía servir para costear su tren de vida y pagar el mantenimiento de sus fincas y propiedades, que, aunque a nombre de varios terceros, seguían estando bajo su responsabilidad por uso y disfrute. Según se comentaba en aquel momento, el patrón de patrones no se privó de seguir celebrando cacerías en su coto del Castillo del Alamín, en Toledo. También tenía que pagar el mantenimiento del yate, del Rolls Royce o de los pisos en Nueva York, una serie de lujos caros de conservar.

    Pero Díaz Ferrán también ingresaba dinero regularizado, o de otra forma no se le hubiera podido practicar una retención que luego le fuera devuelta por Hacienda. El madrileño renunció a su sueldo como presidente de CEOE, aunque sí pasaba los gastos de representación, una partida que siempre se ha mantenido en secreto en la organización, y los empresarios costeaban además los gastos de escoltas y transporte del presidente de la patronal. Teniendo en cuenta que Díaz Ferrán no abandonó su cargo hasta mediados de diciembre de 2010, esto supone que prácticamente sus gastos diarios podían estar cubiertos por la organización durante todo el ejercicio. Los pocos gastos personales en los que incurriera podía haberlos pasado como gastos de alguna de sus sociedades, para de nuevo reducir drásticamente los impuestos a abonar en ellas.

    Los ingresos regulares de Díaz Ferrán podían ser pon tanto un sueldo al uso por alguno de los cargos en sus sociedades o dietas por asistencia a los consejos de Administración. En el ejercicio 2010, una retribución por participar en un Consejo de Administración tributaba a un 42% (dietas de asistencia). Un tipo mucho más elevado que el que tiene que pagar una sociedad (que como máximo responde a un impuesto de sociedades del 30%), lo que hace sospechar que el dirigente utilizaba sus empresas, en concreto Grudisán, la sociedad familiar que tenía con su mujer, Raquel Santamaría, y sus tres hijos, para facturar sus servicios en los otros consejos de administración del grupo. Esta sociedad, de la que pendía el patrimonio familiar (incluido el Rolls Royce o la finca de caza), fue una de las que Díaz Ferrán cedió a De Cabo para envitar el embargo de su patrimonio que habían solicitado sus acreedores.

    Con todo, fuentes fiscales recuerdan que aunque Díaz Ferrán hubiera declarado ingresos en la renta, los hubiera podido compensar con unas pérdidas en una actividad económica que declarara de forma personal y no mediante una sociedad. Por poner un ejemplo (irreal pero plausible) si Díaz Ferrán o cualquier otro contribuyente declara que tiene una actividad económica agrícola (pareja a sus otras actividades como asalariado o, en este caso, como consejero de una empresa) y en ellas hubiera tenido cuantiosas pérdidas, estas le hubieran rebajado abruptamente la factura fiscal. Otra cosa es si estas pérdidas hubieran sido reales o simuladas.

    «En realidad, hay más contribuyentes a los que les sale la declaración a devolver que a pagar», recuerda la misma fuente, que también apunta a que las comprobaciones de la Agencia Tributaria son muy «someras». Esta es la principal queja de Gestha, que casos como el de Díaz Ferrán no se investiguen en Hacienda de oficio. «La Agencia Tributaria se limita a cruzar datos y si no salta ninguna alarma no se inspecciona», protesta Cruzado. «El cotejo de datos no es suficiente. Se deberían controlar también las discrepancias con el patrimonio y el tren de vida como en este caso», ahonda.

    Para Juan José de los Mozos, presidente de Asociación Española de Asesores Fiscales y Gestores Tributarios (ASEFIGET), la explicación de cómo puede sortearse al fisco es también muy sencilla. «La ley está hecha para las grandes empresas», asegura a la vez que asevera que si cada contribuyente pudiera disponer de un asesor fiscal en el día a día apenas pagaría impuestos. De los Mozos aventura que por la cuantía de la cantidad a devolver que le resultó a Díaz Ferrán, su declaración de la renta estaba planificada prácticamente para cuadrar y la devolución se podría explicar por la deducción por la hipoteca en vivienda habitual. Díaz Ferrán hipotecó su chalet madrileño por 4,5 millones de euros para hacer frente a los problemas de sus empresas. Pese a la elevada cuantía del crédito, la deducción máxima que Hacienda le pudo reconocer en aquel ejercicio fueron 1.352,25 euros. Si a ello se le suma alguna posible donación que hubiera hecho el empresario, eso explicaría la ajustada cantidad a devolver.

    De los Mozos se queja amargamente de la existencia de instrumentos fiscales como las Socimi, Sociedades Anónimas Cotizadas de Inversión en el Mercado Inmobiliario, prácticamente análogas a las Sicav, ambas con una tributación del 1% y que han servido de refugio para que los más adinerados puedan pagar menos a Hacienda. Una función similar cumplían en el pasado las sociedades patrimoniales que las familias adineradas utilizaban para albergar sus propiedades inmobiliarias pero cuya utilidad fiscal ya no está en vigor.

    A pesar de que Díaz Ferrán poseía, o al menos disfrutaba, de varias fincas o inmuebles, por las que en la declaración se les podría haber atribuído alguna renta, la mayoría estaban a nombre de sus familiares, en un primer momento, y de las sociedades que se cedieron a De Cabo en el curso de 2010. Así Gerardo junior, Raquel y Marta, los tres hijos de Díaz Ferrán, aparecían junto a su madre con uno u otro papel en Grudisán y en el resto de las sociedades que pendían de ésta.

    Con todo, además de la anécdota de la declaración de la renta, Díaz Ferrán hacía uso de una serie de artimañas fiscales que aparecen en el sumario y que las fuentes consultadas reconocen que se usan en múltiples ocasiones.

    Sociedad instrumental/sociedad pantalla: Son sociedades interpuestas que se crean para evitar la responsabilidad patrimonial u otro tipo de responsabilidades. Persiguen desviar la atención y simular que no hay vinculación con la sociedad que tiene deudas o algún otro tipo de problema económico. También se crean para cobrar facturad que de otra forma estarían sujetas a una tributación mucho más elevada en el IRPF. Si su sede está además en un paraíso fiscal es casi imposible seguirles el rastro.

    Sociedad patrimonial: no tiene actividad económica y sirve para ostentar la titularidad del patrimonio y menguar la tributación. Hoy día no tiene sentido pero se utilizó para mermar la tributación por propiedades.

    Testaferro: Es una persona física a la que se le ceden los bienes y con el que se pacta el uso y disfrute de los mismos. La finalidad es aparentar que no se dispone de posesiones para evitar, por ejemplo, un embargo.

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  11. trabajar más y cobrar menos

    A Díaz Ferrán al menos le debe quedar ese consuelo: esa fue su recomendación cuando aún era presidente de la patronal y embajador del esfuerzo y la honestidad empresarial frente a unos sindicatos –y, por extensión, unos trabajadores- a los que implícitamente tachaba de avariciosos y vagos. Esa fue una de sus perlas mientras no pagaba a sus trabajadores ni a la seguridad social y se dedicaba a saquear a sus empresas. Ahora al menos, desde la cárcel, podrá sentirse orgulloso de lo premonitorias que fueron sus palabras

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  12. La cocina del infierno

    En el vídeo vemos el interior de una pequeña nave, con poca luz natural y el suelo lleno de plumas. La granjera está sentada en un taburete, junto a un corral metálico, con el piso enrejado, en el que hay un grupo de patos. La granjera coge sin miramientos a uno de los patos, lo sujeta con fuerza entre sus dos grandes muslos, le sostiene el cuello con la mano izquierda, la cabeza hacia arriba, y con la derecha introduce por su pico un tubo metálico de unos 30 centímetros. A través del cuello del pato se aprecia cómo baja ese tubo desde el esófago hasta el estómago, pues cuello y tubo tienen casi el mismo diámetro. La parte superior del tubo es un embudo en el que la granjera va echando una considerable cantidad de maíz, que cae directamente al estómago del pato. Repite la operación con otro individuo, al que la introducción del tubo y la caída del alimento provoca evidentes arcadas. Son animales de unos cuatro meses de edad. Teniendo en cuenta que la vida natural de un pato sería de entre 10 y 15 años, podemos decir que las criaturas sometidas a este proceso son cachorros.

    La granja es Momotegi, en Oiatzun, Guipuzcoa, y la granjera se llama Olga Posse. La actividad que realiza, mostrada por un vídeo que forma parte de la exhaustiva y rigurosa investigación llevada a cabo por la organización Igualdad Animal, se denomina alimentación forzada y está encaminada a conseguir el foiegras: la sobrealimentación provoca en los hígados de los patos una enfermedad llamada lipidosis hepática o hígado graso. El método de la alimentación forzada está prohibido por ley en muchos países, por considerarlo maltrato hacia los animales, y, de hecho, según la Directiva del Consejo de la Unión Europea 98/58/EC de 20 de julio de 1998, «Ningún animal recibirá comida o bebida de una manera (…) que le cause dolor o lesiones innecesarias». Veterinarios y etólogos de todo el mundo coinciden en el sufrimiento físico y psicológico que supone para los patos, sufrimiento al que no dudan en calificar de tortura. Por la crueldad que conlleva, la producción de foiegras está prohibida en más de quince países, entre ellos, Alemania, Gran Bretaña, Argentina e Italia. En Europa, ya solo es legal en España, Francia, Bélgica, Bulgaria y Hungría.

    El Departamento de Sanidad del Gobierno Vasco ha prohibido cautelarmente la actividad a la granja Momotegi por carecer de autorización para producir foiegras, ya que la explotación no cumplía con los requisitos higiénicos y sanitarios necesarios ni con los protocolos de sacrificio de los animales a los que obliga la ley. La propia Olga Posse lo reconoce en el vídeo, refiriéndose a los ministerios de Sanidad y de Agricultura, Ganadería y Pesca: “Hacen la vista gorda”. También cuenta que Joseba Martikorena, director general de Martiko, empresa líder estatal en conservas de pato, le dice: “Mira, Olga, haz todo lo que puedas ilegal”. Cuando el investigador le pregunta si en su granja no hace falta veterinario, Olga Posse responde escéptica: “Hombre, por poner reglas…” Y concluye: “Paranoias”. Lo dice mientras entra en el corral metálico, coge a otro pato, lo inmoviliza pegándole las alas una a otra, como cuando se lleva a un criminal esposado, con las manos a la espalda, y lo mete cabeza abajo en otra especie de embudo sanguinolento. Estira de la cabeza del pato hacia abajo, por el tubo en el que acaba el embudo, y le hace un corte en el cuello con un cuchillo. La cámara muestra cómo cae la sangre a chorros, la cara de pánico del animal, cómo agita las patas, los estertores de su cuerpo. A su lado, aún se mueven otros cuerpos que han sido degollados previamente.

    Momotegi proveía de foiegras a restaurantes de la categoría de Mugaritz, regentado por el chef Andoni Luis Aduriz y considerado uno de los tres mejores del mundo. Gracias a Igualdad Animal han salido a la luz las condiciones de la granja y el maltrato al que allí sometían a los patos para lograr los hígados que, entre otros, compraba Aduriz. Matar a los animales sin aturdimiento previo es ilegal por la crueldad que conlleva. En los vídeos de Igualdad Animal Olga Posse reconoce de forma explícita que el aturdimiento es obligatorio pero que los patos “no desangran bien porque fuerzan”, mientras que, al no estar aturdidos, el corazón bombea más deprisa y más cantidad de sangre durante la agonía: “Mis hígados no tienen sangre. Eso es muy desagradable porque ves ahí las venitas. Para el consumo es muy desagradable”. Y añade: “Yo he podido hacer esto porque tengo a todos cerca, porque aquí en el País Vasco la cocina es muy importante”. Sujeta con fuerza a otro pato, le mete el largo tubo metálico por la boca, le llena el estómago ya saturado y concluye: “Les gustan las cosas bien hechas. Tienen un compromiso con la calidad”.

    Se refiere, entre otros cocineros vascos, como Arzak, a Andoni Luis Aduriz, que también ha sido sancionado por proveerse del foiegras de Momotegi y que, lejos de reconocer su error con humildad, ha adoptado una actitud soberbia y victimista. Podía haber aprovechado la ocasión para reflexionar sobre el verdadero objetivo de la investigación de Igualdad Animal: la crueldad que fomentan y disfrazan muchos de sus platos. Pero ha lanzado un manifiesto manipulador en favor de los pequeños productores, que han firmado otros grandes chefs, como el propio Arzak, Ferrán Adriá, Joan Roca, Elena Arzak o Sergi Arola, así como varios medios de difusión y crítica gastronómica. Algún popular comentarista de lo que se come ha llegado a llamar “talibanes” a los activistas de Igualdad Animal. Ante un maltrato demostrado, contra el que se han manifestado grandes chefs en todo el mundo, los españoles han tenido, como si de una mafia se tratara, una respuesta de lobby, cerrando filas ensangrentadas en defensa de Aduriz. Cabe recordar ahora su silencio cuando ETA asesinó hace unos años a Ramón Díaz García, cocinero civil que trabajaba en la Comandancia de Marina de San Sebastián. Qué valientes se muestran, sin embargo, frente a unos indefensos patos.

    El manifiesto de Aduriz y los cocineros españoles demanda una normativa que ampare a los pequeños productores. En una clara manipulación, los llaman artesanos, aunque la artesanía consista, como la de la granjera Olga Posse, en torturar animales para que lleguen a sus platos simulando una falsa excelencia. Aduriz, en un destacable ejercicio de cinismo, se presenta como un conservacionista de lo que, con muy poco rigor científico, por cierto, denomina “ecosistema biológico” y “paisaje”. Una retórica culpable que nos recuerda, también, a la de los esclavistas que en Alabama alertaban de la destrucción del paisaje si desaparecían los negros que, explotados por ellos, cultivaban los campos de algodón.

    Lo que en realidad pretenden los colegas de Aduriz es proteger sus negocios, pues saben que serán los siguientes en tener que rendir cuentas ante una sociedad que ya no tolera su inmoralidad. Es hora de acabar con prácticas crueles con otros seres que sienten y de apostar por una cultura más ética. Sería deseable, y habría sido muy interesante, contar para ello con los grandes chefs españoles. Qué pena que su gran talento, su creatividad, su prestigio no estén al servicio de una cultura que no avergüence al mundo. The Guardian se ha hecho eco de la crueldad de la granja Momotegi. La mayor cadena de supermercados de Italia, COOP, ya no vende foiegras por motivos éticos. El respeto por los animales y la protección de sus derechos está en la hoja de ruta de la ética del futuro. Pero los grandes chefs españoles, y sus cómplices, prefieren que sus cocinas sigan siendo un infierno.
    Ruth Toledano 17/12/2012

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  13. ¿Qué es el “banco malo”?

    El “banco malo” no es un banco, sino una gran agencia inmobiliaria.
    Esta nueva empresa comprará las viviendas y el suelo que las entidades financieras quieren quitarse de encima.
    ¿Por qué los bancos quieren liberarse de viviendas y suelo?
    Se entiende muy bién con un ejemplo:
    1) En plena burbuja, un banco presta 10 millones a una constructora para hacer un bloque de viviendas.
    2) La constructora se compromete a devolver al banco los 10 millones + 2 millones de intereses.
    3) Como estamos en época de bonanza, la constructora cree que venderá los pisos por 15 millones.
    4) Hasta aquí, todos son felices: el banco gana 2 millones en intereses y la empresa constructora venderá por 15 millones lo que le ha costado 12.
    5) Estalla la crisis.
    6) La constructora no consigue vender los pisos. Incapaz de devolver el dinero al banco, se va a la quiebra.
    7) El banco se queda con las viviendas.
    8) Hasta este momento, el banco ha puesto 10 millones por el bloque de viviendas.
    9) Si el banco sacase esas viviendas al mercado, nadie pagaría más de 5 millones por ellas. El banco decide no venderlas y así evita reconocer pérdidas.
    10) Como los bancos españoles guardan miles de millones en “activos tóxicos” (en nuestro ejemplo, el bloque de viviendas) el sistema financiero español está estrangulado. Ningún banco tiene liquidez para hacer nuevos préstamos y nadie en el extranjero se fía de los bancos españoles. ¡Vaya usted a saber cuántos pufos inmobiliarios esconden en sus carteras!
    11) El Gobierno crea una empresa que se llama “Banco Malo” donde inyecta miles de millones de dinero público.
    12) El “Banco Malo” compra el bloque de viviendas por 8 millones. Para el banco original es un chollo: tiene que reconocer pérdidas, pero mucho menores que si vendiese las viviendas al verdadero precio de mercado.
    ¿De dónde sale el dinero del “banco malo”?
    Del bolsillo de todos los españoles. El dinero del rescate europeo servirá para crear el banco malo, pero el rescate no es más que un préstamo que tendremos que devolver con nuestros impuestos.
    En teoría, dentro de algunos años, los precios de las viviendas volverán a subir y el “Banco Malo” podrá recuperar el dinero. Mientras tanto, esta operación consiste en rescatar a los bancos con dinero público.
    Los bancos son un negocio muy particular: cuando las cosas van bien, ganan ellos y cuando van mal, los ciudadanos ponen dinero para rescatarlos.
    En resumen: Los beneficios son privados. Las pérdidas son públicas.
    Lo más cruel es que el rescate a los bancos saldrá de los impuestos de todos, incluidas las familias que han sido desahuciadas.

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  14. Que ¿Porqué no me callo?

    Hace ya muchísimos años que no me callo nada. Mi biografía está ausente de silencios incómodos o cobardes y utilizo mis herramientas de defensa tantas veces como es necesario. La palabra es la mayor arma que tenemos para defender el pensamiento, con la palabra mantenemos incólume la propia dignidad y con ella indicamos al resto de la “manada” que somos capaces de defendernos.¡Cuántas veces no me advirtieron mis padres de los beneficios de callar! –“Si no te callas puedes perder tu trabajo”. “Si hablas demasiado la gente te dará la espalda”. “Mejor callar sobre ese tema y hacer como si nada…”.
    Esas “garras” mortíferas nos han enseñado a atemperarlas, a ocultarlas incluso, desde la más tierna infancia. Empezando por el “eso no se dice”, siguiendo con el “de eso no se habla”, para terminar con el “cállate la boca”. Amordazar la palabra significa amordazar el pensamiento y con el uso y abuso de tamaña artimaña puede acabar el ser humano desprovisto de sus defensas y vulnerable a los ataques de sus congéneres, que de eso se trata precisamente, de destruir las defensas del otro para someterlo con las armas propias.
    Garras afiladas no tenemos –aunque algunas mujeres sí que han descubierto que con las uñas pueden hacer mucho daño físico-, ni colmillos para morder yugulares; nuestra arma defensora es precisamente lo que nos distingue de los animales: la palabra
    Callar, lo que se dice callar, no ha sido mi costumbre por más que se empeñaron en intentarlo de muy diversas maneras. Desde el “sordabirón torero” que me soltaban en casa, hasta los castigos continuados que me regalaban en el colegio. Ya de mayor también intentaron hacerme callar, pero con métodos más sutiles aunque igual de expeditivos, -si bien se tropezaron con mi “palabra” de frente y dejaron de ser efectivos.

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  15. Las mordazas para que te calles

    No terminan cuando eres adulto, no, todavía hoy en día se siguen pretendiendo utilizar para que no se digan cosas inconvenientes, para acallar las verdades que duelen, obviar las realidades que son y someter al que no tiene fuerza para sacar las garras.
    Nos hemos auto-domesticado en exceso con tanto savoir faire y el invento de lo políticamente correcto. Que antes, cuando alguien nos faltaba al respeto bien que le poníamos en su sitio con cuatro frases bien dichas y ahora…parece que hay que agachar la testuz y dejar que caiga encima de la nuca la lluvia envenenada.
    Nos hemos acostumbrado a “soportar” la verborrea de quienes supuestamente nos quieren, precisamente por eso, porque creemos que nos quieren, aunque con sus palabras demuestren lo contrario. Y callamos. ¡Cómo vas a DECIR lo que realmente piensas, aunque sea en defensa propia! Y se rumia por dentro la rabia y se favorece la inquina que luego es la que todo lo fagocita y el cuerpo se enferma porque no puede hacer otra cosa con todo el veneno acumulado.
    Ya va siendo hora de sacar las garras un poco, que para eso las tenemos…aunque ¡ojo!, un consejito navideño: “Si bebes, no hables y si hablas no bebas”. Por si las moscas…
    Lupe

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