Miguel G. Morales en la Casa de Cultura de Aiete

Miguel, a la derecha de la imagen, con Pedro Guerra (a la izquierda) y otro compañero, durante un descanso, en su Tenerife natual

Para profundizar en la vida y en la obra del escritor vitoriano Ignacio Aldecoa -dentro del ciclo de literatura y cine- presentará en el salón de actos “Aldecoa, la huida al paraíso” basado en un libro de relatos del propio Ignacio Cuaderno de Godo.

Miguel G. Morales nace en La Orotava, Tenerife, en 1978

Estudia Cine y TV en Madrid y San Antonio de los Baños, La Habana. Ha trabajado durante más de 10 años en TV especializándose en Programas de entrevistas como «El Espejo» o «Atlántico» (junto al escritor y periodista Juan Cruz) y Programas Culturales como «El Club de la Serpiente» o «Desvelados».

En el género Documental se ha acercado a la generación canaria vinculada a la revista Gaceta de Arte con títulos como “Aislados. La esencia de un espíritu”, “Maud. Las dos que se cruzan” sobre la artista francesa Maud Bonneaud, “Monsieur Domínguez” sobre la obra del pintor canario surrealista, Óscar Domínguez, exiliado en París o “En el ala del sueño. Juan Ismael” sobre el otro gran pintor surrealista de Canarias, Juan Ismael.

Otros títulos documentales son “Al Silencio. Cristino de Vera” sobre el gran pintor canario Cristino de Vera, «María Rosa Alonso. 100 años de Integridad» sobre la crítica e historiadora Canaria, «Iter in semet ipsum. Dámaso» que se adentra en el mundo del pintor José Dámaso Trujillo o “El Viejo y el Lago”, cortometraje documental grabado en Cuba.

El pasado 25 de septiembre estrenó en la sede de la Fundación César Manrique de Tahíche (Lanzarote) la película documental ‘Taro. El eco de Manrique’. La FCM habilitó dos salas para su proyección, ya que acudieron cientos de personas, en el veinte aniversario de la muerte del artista lanzaroteño.

3 comentarios en “Miguel G. Morales en la Casa de Cultura de Aiete

  1. Demetrio

    Encantador Miguel G. Morales, cronista documentalista de nuestra cultura que me emocionó con sus entrevistas mucho más que algunas películas de ficción hechas para impactar. Su “Una luz en la isla. Domingo Pérez Minik” es una maravilla.

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  2. ALEJANDRO ZABALETA

    Miguel G. Morales.
    Director de ´Una luz en la isla´ (y de Aldecoa: La huida al paraiso)
    ´Domingo Pérez Minik está fuera del localismo y el ombliguismo´
    «He pretendido hacer un filme que rescate el espíritu del biografiado». «Hay libros sobre esa época, pero yo quise aportar algo en otro lenguaje»
    ALEJANDRO ZABALETA
    LAS PALMAS DE GRAN CANARIA
    El director tinerfeño Miguel G. Morales presentó el martes en el Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria el documental Una luz en la isla. Domingo Pérez Minik. Proyectado dentro de la sección Foro Canario, la obra incorpora numerosos testimonios sobre el escritor y crítico literario tinerfeño, además de imágenes de archivo del homenajeado.
    – Domingo Pérez Minik falleció hace más de veinte años. ¿Cómo surgió la idea de retratarlo en un documental?
    – Yo trabajé de realizador en la Televisión Canaria. Allí realicé una serie de entrevistas que hacía Juan Cruz. A través de ellas empecé a conocer a personajes de la cultura canaria que hablaban de esa generación de Gaceta de arte, de Pérez Minik, Westerdahl y toda esa gente. Es una generación que yo desconocía. Así, cuando empiezo a escucharlo me resulta llamativo que no se me haya hablado de eso en mi educación. Y ahí surge el gusanillo de contar una historia sobre ese grupo generacional. En 2003 hice el primer documental, Aislados. Ya sabía que había que realizar varias películas sobre personajes concretos, y uno de esos era Pérez Minik. Así que desde entonces llevo grabando y preparando material, siempre de la mano de Juan Cruz.
    – En varios momentos del filme escuchamos reflexiones de Pérez Minik acerca de la condición del isleño. ¿Cómo resolvió él esta relación de amor–odio con las islas?
    – Es parte de la conferencia sobre la condición humana del insular, uno de sus textos más conocidos. Creo que se salvó precisamente con la literatura, la cultura. Se refugió en eso para salvarse porque de hecho apenas puede salir de Canarias, pero está totalmente vinculado, escribe en revistas en Estados Unidos, en Europa. Todos sus libros se publican fuera, en editoriales de la Península. Respecto a esa doble vertiente del insular, creo que Pérez Minik es el que tiene una visión de la que me siento más cercano. Es clave, mucha gente se identificó con esa forma de ser, esa forma de mirar Canarias desde fuera aunque estuviera dentro sin poder salir. Tenía ese prisma de observar su mundo desde fuera, lo que le permitía estar fuera del localismo y el ombliguismo. Por eso es una figura tan llamativa, por eso tiene esa atracción.
    – Ha conseguido usted bastantes filmaciones de los últimos años del biografiado. Parece que, al menos al final, obtuvo un cierto reconocimiento en vida.
    – La generación del 70, pero también las anteriores, gente como Martín Chirino, Pepe Dámaso o Cristino de Vera, descubren a toda esa gente que estaba en la sombra: Cabrera, Westerdahl y Pérez Minik. Este último vivió hasta el 89, pero muchos de Gaceta de arte murieron jóvenes. El caso es que aquellos jóvenes los descubren y los salvan en esos últimos quince años, cuando llega el Premio Canarias y todo eso. Aun así, después volvieron a quedar en el olvido. Fallecieron a mitad de los ochenta y desaparecieron otra vez.
    – ¿Se salva la memoria de la generación de Gaceta de Arte en Pérez Minik?
    – A mí me enganchó cuando era muy pibe y leí Facción surrealista española de Tenerife, que es un poco el libro más conocido de él. Ahí cuenta toda esa historia mítica de la visita de Breton, la exposición surrealista y todo eso. Es el cronista; si no nos lo hubiera contado él, a lo mejor no nos hubieran llegado tantos detalles sobre esa edad de oro de la cultura en Canarias. Es fundamental y a mí me atrajo en seguida cómo lo contaba, con un toque de autocrítica. Eso es muy valioso, que una persona de ese nivel tan alto fuera, a su vez, tan humilde.
    – Usted pasa en el filme directamente de la época de Gaceta de Arte a los años finales de la biografía. Quedan obviados los cuarenta años del franquismo, una etapa en la que hubo alguna iniciativa para rescatar el espíritu de esas primeras publicaciones. ¿Por qué no abordó esa parte?
    – En esta película y en otros documentales me interesa obviar datos biográficos y cosas puntuales, y centrarme en el espíritu, que te llegue lo que él era, qué defendía. A veces te pierdes en meros datos biográficos, aunque algunos, lógicamente, tienen que estar porque son fundamentales. Pero yo las secuencias no las trabajo desde el punto de vista biográfico, sino desde los conceptos. Es cierto que existieron esos intentos.
    – Aquellos jóvenes que conocieron a Domingo Pérez Minik en los últimos años van cumpliendo años. El documental es, pues, una memoria de la memoria.
    – Este documental es, en ese sentido, parecido a Aislados. Ambos son documentales testimoniales, no van por el camino visual, lo que quieren es quedarse con un testimonio de algo que tiene que ser contado. En cuanto al tema audiovisual, aunque hay muchos libros publicados sobre todo esto y se han reeditado las obras de Pérez Minik, se trata de aportar algo en un lenguaje diferente y que puede llegar al gran público.

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  3. DiariodeLanzarote.com

    “Espero que a través de la película sobre Manrique las generaciones futuras tengan esa conciencia civil”

    El pasado 25 de septiembre estrenó en la sede de la Fundación César Manrique (FCM) de Tahíche la película documental ‘Taro. El eco de Manrique’, del director Miguel G. Morales. La FCM habilitó dos salas para su proyección, ya que acudieron cientos de personas, en el veinte aniversario de la muerte del artista lanzaroteño.

    Morales señaló tras la proyección que espera que a través de la película “las generaciones futuras puedan tener esa concienciación civil que es la gran obra de César Manrique”. Aseguró que César “es espejo y altavoz, espejo porque es un ejemplo donde mirarse y altavoz porque nunca se callaba.

    La película ilustra la trayectoria de César Manrique a través de un intenso trabajo de búsqueda de imágenes de archivo del artista y de testimonios de sus colaboradores más cercanos, así como de los responsables de la FCM y del naturalista Joaquín Araujo.

    También se traslada a Alemania donde se recogen testimonios de un periodista y del arquitecto Frei Otto, que destaca la influencia de Manrique en la arquitectura contemporánea.

    La película se aproxima a César Manrique subrayando su activismo medioambiental y territorial, su lucha contra la especulación y su pasión por la naturaleza de Lanzarote. Se recogen decenas de declaraciones del artista en las que explica su obra civil y su ideario contra la especulación del territorio.

    Imágenes de César

    En el documental se escucha a César proclamar que siempre había tenido como “filosofía” que “la eternidad es un segundo, y un segundo es la eternidad”. También decir que la gente consideraba a Lanzarote “la cenicienta” y “la más fea” de las Islas, mientras que él tenía “la conciencia” de que poseía una gran “belleza plástica”.

    También se recogen advertencias, como las lanzadas en medio de un cementerio de chatarra a la salida de Arrecife: “Cuando esta Isla quede invadida de turistas y automóviles volverá a la ruina, pero será peor, porque ya estará podrida”.

    Se ve a César frente a un hotel en construcción al lado de la playa de El Jablillo, en Costa Teguise, criticando que se levanten “mamotretos en el litoral”, de una “arquitectura estándar, vulgar, que no tiene ningún interés” para Lanzarote.

    En una de las escenas, en Puerto del Carmen, cuando se construía el polémico Apartotel Fariones, César denuncia que se trata de una obra de “arquitectura fascista que ni el propio Mussolini hubiera permitido”, que se había “cargado parte de la carretera y metido en la playa”.

    Proyección y actos

    A la proyección en la sede de la FCM asistió, además del director de la película, los hermanos de César Manrique, varios de los colaboradores que aparecen en el documental y autoridades como la consejera de bienestar social del Gobierno canario, Inés Rojas, el alcalde de Arrecife, Manuel Fajardo, o el de Haría, José Torres Stinga, entre otros.

    El jueves se celebrará una mesa redonda en al Sala José Saramago, dentro del ciclo de charlas sobre la figura del artista, bajo el título ‘César Manrique. Una conciencia pionera de los límites’, moderada por los periodistas Jaime Puig y Gregorio Cabrera, y en la que participarán los arquitectos Fernando Prats y Faustino García Márquez, el economista Federico Aguilera Klink y el profesor Wolfredo Wildpret.

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