Disfrutar del retorno

Como se había previsto, hacia las 11,30 fueron acudiendo a la cita previamente concertada en la Casa de Cultura de Aiete los asistentes al recién celebrado viaje a la Campania. El objetivo no era otro sino el de revivir los momentos y lugares vividos en el mesoggiorno italiano mediante la proyección de fotografías ordenadas por días y lugares. La proyección era a su vez concurso, por lo que los asistentes, además de observar con atención, tuvieron que elegir el tramo que a su juicio era el más representativo del espíritu de la empresa. Dura fue la tarea porque los participantes se esmeraron y finalmente resultó vencedor Javier García por sus fotos del tramo Salerno- Paestum.

 De destacar algo, este reportero destacaría la juerga de los viajeros al verse, gracias a las nuevas tecnologías, convertidos en figuras achatadas al modo de los espejos de las ferias de antaño; al principio los delgados y delgadas se mosquearon un poco, pero al ver el regocijo de los gorditos, pues apenas había diferencias entre unos y otros, se generalizaron las carcajadas. Al encenderse las luces se miraron los unos a los otros y comprobaron aliviados que todo había sido un sueño y que seguían como habían entrado a la sala.

En el Nineu, todo estaba preparado a la perfección: allí estaban la desembocadura del Urumea en su encuentro con el Cantábrico, las rocas varadas que intentan imitar el edificio del Kursaal, incluso el sol salió, y con él, donostiarras y visitantes, todos empeñados en pasear por esa acera del puente  y en seguir hacia Sagüés también por la misma acera.

 Comimos lo previsto y muy bien, en el primer piso, como los de las bodas. A la hora del café, en ese momento en que se requiere de paz y sosiego para sustituir a la siesta que nos echamos en casa, irrumpieron en la sala dos personajes a modo de Mari Carmen y Doña Rogelia que intentaron animar al personal. No sólo eso sino que hubo reparto de premios para los participantes en el concurso de fotografías y para los asistentes al viaje mayores de 65. Risas, Besos y emociones. Para terminar se organizó un enorme guirigay en el reparto de unas extrañas fotos del viaje en las que todo había sido alterado, había de todo, incluso un enorme Belén napolitano formado por las caricas de los allí presentes.

  Algunos preguntaban:

 “El año que viene, ¿a dónde?”

 

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