El alegato ‘Indignaos’ barre en el Día del Libro

Muy buena y significativa noticia (No somos tan indiferentes)

Que el Día Internacional del Libro haya tocado justo en medio de la Semana Santa no ha sido lo mejor para el gremio. Los libreros guipuzcoanos abrieron  sus puertas en el aniversario de la muerte de Cervantes y Shakespeare como un día más pese a ser Sábado Santo. Hubo afluencia de gente pero sin excesos. Y las minivacaciones fuera de casa que eligieron muchos guipuzcoanos se compensó con la visita de los que decidieron que San Sebastián fuera su destino turístico.

Dice Esther Moyua, una de las encargadas de la Librería Hontza de San Sebastián, que «quedarte en la librería es muy distinto de salir a la calle. Estos últimos años hemos estado en la Plaza de Gipuzkoa y se respiraba mucho más el ambiente especial que acompaña al Día del Libro. Y que haya coincidido en Sábado Santo tampoco ha sido lo mejor: mucha gente se ha marchado, aunque también es verdad que otros han venido. Pero, en cualquier caso, muchos turistas estaban más absortos en los actos propios de la Semana Santa que en otras cosas».

En cuanto a los títulos más reclamados ayer por los lectores, hay que destacar ‘Indignaos’, el alegato de Stéphane Hessel a favor de la insurreción que ha arrasado en Francia. «Este título que ha removido conciencias ha sido sin duda el más vendido tanto en su edición en castellano como en euskera», confirmó Esther Moyua.

De un artículo de ELISA LÓPEZ | DV SAN SEBASTIÁN

2 comentarios en “El alegato ‘Indignaos’ barre en el Día del Libro

  1. ¿Quién tiene fuerza moral para decir a los jóvenes y a los no jóvenes “indígnate”, “reacciona”?

    En Francia el libro “Indígnate” salió con el precio de 3 euros, aquí, en España cuesta 6 euros, y el autor y el traductor renunciaron a cobrar derechos. “Reacciona”, en España cuesta 9 euros, José Luis Sanpedro renuncia a sus derechos, los restantes parece ser que no, y las editoriales desde luego que tampoco. Tiene otro lado a observar con detenimiento: se airea el cabreo de los ciudadanos, ¿y los lectores se pacifican, ya disponen de una teorización, de una explicación?, ¿con eso es suficiente? Está bien que lo dicho en estos libros se difunda, aunque si se consigue encauzar en los márgenes de lo establecido, de la normativa, del orden, los efectos de la lectura resultan como los de una tisana, tranquilizan, y con ello se reposa la acritud de lo vivido.

    ¿Quién tiene fuerza moral para decir a los jóvenes y a los no jóvenes “indígnate”, “reacciona”?: está bien que los intelectuales se sumen a los demás, desde luego que sí. Pero, como intelectuales tienen un papel en la sociedad que no se acaba con sacar un panfleto encuadernado y por el que se cobra. Hay autores y autoras que desde mucho antes han escrito y escriben llevando a la reflexión, que profundizan en tareas realizadas y a realizar, y no se han visto lanzados al son de la propaganda, por algo será, y algo dirán que el sistema no puede encauzar tranquilamente.

    Cuando hay tanto trabajador en organizaciones sociales, partidos de izquierda, periódicos y revistas de izquierda, diarios en internet de izquierda,… que no cobran nada, que se han dejado y se dejan la vida sin pedir ni tan siquiera que salga su nombre, no suena bien que algún llamado intelectual, conocido, como si no lo es, cobre, sin necesitarlo, por vender, desde los cauces establecidos una palabra de ánimo a los que pretenden salir del abatimiento moral a que los gobiernos y sus banqueros han llevado al conjunto de la población. Se espera que den algo más que una palabra de ánimo.

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  2. rebelarse contra la crisis económica, política y social

    Nos encontramos ante un fenómeno editorial excepcional, sobre todo si tenemos en cuenta que se trata de una serie de textos menores que repiten argumentos mejor expuestos en otras publicaciones más interesantes que han investigado las razones de la crisis actual. Este llamamiento a favor de la responsabilidad y la resistencia, dirigido sobre todo a los más jóve nes, está escrito desde la sabiduría serena de la vejez y desde la autoridad de quienes comprueban que todo un sistema de logros sociales y derechos humanos por los que su generación tanto luchó se viene abajo por la codicia de unos pocos que no tienen reparo alguno en enriquecerse más y más a consta de la mayoría de la población. ‘¡Indignaos!’ es un alegato a favor de la memoria, una proclama contra la inercia política de los hechos consumados que nos recuerda que los logros sociales de la segunda mitad del siglo XX, en el terreno de los derechos y los avances del estado del bienestar, fueron la consecuencia de años de entrega de muchos jóvenes que, en su momento, combatieron en las dos guerras europeas y, después, se organizaron para conseguir lo que hemos heredado las posteriores generaciones.
    Sorprende que la actual juventud no se revele contra el desmantelamiento paulatino de ese andamiaje social que tanto costó levantar. « Chicos, cuidado, nosotros hemos luchado por conseguir lo que tenéis, ahora os toca a vosotros defenderlo, mantenerlo y mejorarlo; no permitáis que os lo arrebaten». La Resistencia contra los nazis tenía una lógica aplastante ya que aquella insurrección popular fue la respuesta a una invasión que afectó de cerca a la vida de millones de personas. La Resistencia antifranquista duró cuarenta años y tuvo también ese componente de ansia por la libertad. Sin embargo ahora es más difícil saber dónde está el enemigo porque se oculta tras un entramado complejo de intereses difíciles de desenmascarar, pero ‘¡Indignaos!’ no duda en apuntar hacia los nuevos desafíos provocados por la «dictadura de los mercados financieros». Y recuerda a los jóvenes que miren alrededor y encuentren los hechos que justifiquen la indignación, situaciones concretas que les lleven a una insurrección pacífica, de la mano de una acción ciudadana fuerte, capaz de rebelarse contra la crisis económica, política y social, impuesta por intereses inmorales.

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