‘El tambor de hojalata’; tertulia, moderó Lola Arrieta.

El Grupo 47 demostró que se podía seguir escribiendo en alemán después de Auschwitz. No tanto por el hecho de que la lengua hubiera sido o no corrompida por los nazis, sino porque su fuerza literaria es enorme. El mismo Grass, que siempre ha reconocido la influencia de la picaresca española en su obra más famosa, explicó en su discurso de entrega del Premio Nobel 1959 en Estocolmo, que había tratado de sacar el idioma alemán del «paso militar«. Del legendario Grupo 47 salieron los dos premios Nobel que hemos tenido oportunidad de disfrutar este otoño en el Topaleku. Uno fue Heinrich Böl y ahora tenemos a Günter Grass con su Tambor de hojalata, que se publicó en 1959, hace algo más de medio siglo.

Modera la Tertulia: Lola Arrieta

 La historia de Oskar Matzerath, algo más que un niño que se niega a crecer en la Alemania fue recibida, como lo que es, una obra maestra. Su popularidad se disparó cuando la adaptación cinematográfica de Volker Schlöndorff, de 1979, obtuvo la Palma de Oro en Cannes y el Oscar a la mejor película extranjera.

La novela pudo leerse en castellano a los cuatro años de su aparición, pero no en España. Prohibida por el Gobierno franquista, El tambor de hojalata se editó en México. Allí fue presentada en 1964 por su propio autor y por Max Aub,  que estaba exiliado en ese país  y de quien  tuvimos oportunidad de difrutar  una de sus obras de teatro en Katxola.

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