Andando los caminos de la Cultura

El pasado miércoles culminamos el ciclo de conferencias dedicado a la historia y el arte de las regiones de la

...y todavía queda lo mejor

Champaña y la Borgoña. Dentro de un  par de semanas, el jueves 17 y el viernes 18, el dedicado a la literatura y el cine, se centrará en la tertulia El hijo del relojero de Simenon y veremos la película L´horloger de St. Paul (con Tavernier visitaremos Lyon, última etapa del viaje organizado por Lantxabe).

El año pasado recorrimos una parte de la Vía Francigena en Italia. Estos caminos medievales, la Vía Francigena o el Camino de Santiago, están en las raíces de la construcción de Europa. Por ellos se extendieron multitud de influencias, tales como la letra carolina o francesa, los ritos y términos propios del feudalismo, la arquitectura románica y gótica, las distintas corrientes de reforma eclesiástica que penetraron en la península

La dinamización del Camino de Santiago, durante los siglos XI y XII, multiplicó esas influencias, especialmente de la mano de la orden de Cluny que alzó monasterios, puentes, iglesias y hospitales, a lo largo de todo el Camino. Las conferencias de Pablo Becerra terminaron hablando, precisamente, de la Abadía de Cluny, de su papel en la historia (desde el punto de vista artístico queda poco para ver). Cluny era el templo más grande y más importante que había por entonces en Europa, pero desgraciadamente sólo quedan algunos restos del transepto y la cabecera.

Aquellas regiones, aquellos países, entre ellos la Champaña y la Borgoña han forjado la identidad de Europa. Es menos conocido en Donostia que el camino que vamos a recorrer por sus  diversos pueblos y ciudades forma parte del declarado como gran itinerario cultural por el Consejo de Europa.

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