CORO EASO ¡ZORIONAK!

A partir del 17 de abril se va a producir en Aiete, en Villa Araoz, un gran acontecimiento. El Coro Easo va a ver cumplido su gran sueño: disponer de un gran auditorio -con capacidad suficiente para que las distintas agrupaciones corales puedan ensayar con más voces-, donde se podrán realizar grabaciones incluso con acompañamiento instrumental, en una instalación donde se ha perseguido lograr una inmejorable acústica con el fin de dar la mejor calidad a los coros que canten en este recinto. 

Las instalaciones del Coro Easo en la villa cedida por el Ayuntamiento en la calle doctor Marañón se habían quedado pequeñas. La demanda no se podía satisfacer. Mucha gente quiere entrar a formar parte de alguna de las agrupaciones corales, pero había que decirles que no por falta de espacio. Incluso cuando un coro tenía que realizar un ensayo extraordinario por la cercanía de un concierto, algún grupo tenía que suprimir el suyo para cederles el salón principal. 

El empeño de los directivos del Coro Easo, con el presidente Santos Sarasola a la cabeza, ha permitido que esta gran familia coral pueda afrontar su futuro musical con otras miras y la ilusión de afrontar nuevos proyectos, como el de poder incrementar el números de cantores del coro mixto, que hasta ahora no podía superar los 50 miembros, por cuestiones de espacio físico en Villa Araoz

La Asociación de vecinos Lantxabe felicita al Coro Easo y a sugente y hace un especial recordatorio para Peli Egaña, al que recordamos con enorme cariño

Un comentario en “CORO EASO ¡ZORIONAK!

  1. ARBOLES

    Como me cansa oír a este Ayuntamiento hablar sobre pasarelas, medio ambiente, respetar el espacio, reciclar… y veo cómo en la trasera de Doctor Marañón, junto al vial que pasa junto al campo de rugby del Atlético se sacrifica la única campa libre de restricciones y más natural, para construir mediante un trueque con el Coro Easo y su flamante Auditorio, la construcción de nuevos apartamentos para jóvenes que tanta falta hacen.

    Habían sido plantados 48 robles, pero hoy sólo quedan seis, porque a la empresa constructora le da igual el medio ambiente. Es por eso que mientras avanzaba la preparación del terreno, los árboles sucumbían a la retroescavadora y han ido agonizando bajo tierra y piedras hasta morir. Ya alcanzaban siete metros pero al técnico del Ayuntamiento que pasaba por ahí para certificar acotamientos le dio igual. Sólo hubiera sido necesario trasladarlos a una campa contigua a 20 metros, ya que hacían mucha falta par crear una barrera de sonido hacia los coches que pasan por el vial, por cierto, a toda velocidad. Gracias a todos por esta sensibilidad medioambiental

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